(para aquel que aún amo)
Que maravilla, sigo siendo la de siempre
lleno el desviado seso de voces lujuriosas
y el corazón ardiente de sueños inocentes,
con semejante mezcla, aún no me explico
como he salido airosa.
He podido sobrevivir a tanta incongruencia
tal vez por esa costumbre de no pedir jamás explicación
y de ser cómplice de mi destino, sin preguntas,
como leal amante, sin poner la menor condición.
OH! Tú, ese que a través de todos estos siglos sigo amando,
ven a ver a esta mujer, mitad Gorgona, mitad recién nacido
que habita en cada fibra de mi ser fatigado,
y di: verdad que también era así la niña que tu has conocido?.
Sigo siendo la misma hoy, sin lugar a dudas,
porque hasta soy feliz, ya ves, sabiendo que estoy loca,
sigo queriendo al HOMBRE por encima de todo,
y creyendo, creyendo, que la vida se puede beber en una boca.
OH, Tu, te arrastraría a mis noches tristes y delirantes
y te acariciaría con estrellas, terrible y desenfrenada,
para llorar después como la vieja adolescente
que tuviste en tus brazos, silenciosa y quebrada.
NO!, se que me negaría a quemarme otra vez en ese fuego,
aunque tal vez, de pronto, alguna madrugada
a ti, hombre que amo, te buscaría solamente
para que veas que no he cambiado nada.
Que sigo siendo la de siempre,
y, hasta con un poco de orgullo
de saber que en mi alma aún habitan muñecas
que le guiñan los ojos a mi amante de turno.
Stella Fernández©
Muchas Gracias amiga!
Ludy
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