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A MI MADRE ADORADA
Madre:
"No sé cómo voy a llamarte...
de tu adentro a mí,
no hay alrededor...
No hay lluvia, estrella, crepúsculo,
delirio, que no seas tú.
Y aunque lo lejos,
puede ser error de los ojos...
No hay cerca más cerca que tu cercanía"
TU ESTATUA
Vago por mi jardín
donde descansa entre plantas,
y sábanas de flores,
la estatua imponente
de tu bella figura, Madre Mía.
He ido vacilante, doliente...
Hay un aire de campo santo
en el jardín dorado.
Aún permanecen tus enredaderas
de no me olvides,
y la dama de la noche
en los troncos de los árboles.
Y siento que tú estás viva,
y yo estoy muerta...
Las crisálidas del silencio
se abrirán algún día...
No sé que enigma nos une
y con encontrarte siempre sueño.
Tus ojos miran hacia el cielo,
pero eres una estatua.
Un sagrado temor corre por mis venas,
latigazos vertiginosos en el pecho.
Me acompañan los espectros o las musas,
siento frío, Y le temo....
Le temo al descanso eterno,
le temo al olvido...
No te temo a ti, dulce Madre mía.
Tu estás viva!
Le temo a la metafísica enigmática
en que transcurre mi vida,
y a esta inspiración
que me parece conocida.
Hay fragancia de lavanda
alrededor de tu estatua,
inunda la casa entera,
y no tengo la flor de lavanda…
Escucho tus manos ágiles
tocando un Ave María,
y unas lágrimas que caen
sobre el marfil de las teclas.
¡Madre mía , tú estás viva en los cielos
y yo soy la estatua en la tierra!
Ludy Mellt Sekher©
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