LA QABALAH EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Por Edgar Jerezano (ToRaSYaH)
ejaz@prodigy.net.mx
"Yahvéh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles ....
y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y
del mal" Gn. 2: 9
El mundo cobró vida mediante diez Palabras Divinas, estas 10 etapas se conocen
como Sephiroth, su raíz etimológica la emparenta con "cifra", es decir número y
con "zafiro". Los sefiroth son los 10 poderes o Navíos Divinos, se han descrito
como las 10 caras, las 10 manos o incluso las 10 túnicas de Dios.
"Además, construirás el Tabernáculo con 10 cortinas (los 10 sephiroth) de lino
finamente tejido (atziluth, emanación), azul (briah, creación), púrpura (yetzirah,
formación), y escarlata (asiah, acción). Con querubines primorosamente bordados
las fabricarás" Éxodo 26: 1.
El árbol de la vida tiene tres líneas verticales, que son llamadas las Zahzahot
"Esplendores Ocultos": La Voluntad Primordial (gracia, equilibrio), el Rigor
(constricción, forma) y la Misericordia (Expansión, fuerza activa) estos son los
tres pilares.
"Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que
comieres de él, morirás sin remedio" Gn. 2: 17
"Yahvéh iba al frente de ellos, de día en columna de nube para guiarlos por el
camino y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen
marchar de día y de noche" Ex 13: 21
El Génesis debe entenderse como la Creación (Briah) a partir de un mundo divino
ya existente antes (Atziluth, La Emanación Divina). El mundo de Briah
(creación), se revela bíblicamente en términos de los 7 días de la Creación.
"Aun aquel que es nombrado por Mi Nombre, pues lo he creado para Mi Gloria, yo
lo he hecho: en verdad lo he formado" Isaías 43: 7. Estos cuatro niveles de
nombrar, crear, formar y hacer corresponden a las 4 letras del nombre de Dios
YHVH, a los 4 mundos de la qabalah, a los 4 elementos. Es la Voluntad Divina
(nombrar, el fuego), la Mente Divina (crear, el aire), la Energía Divina
(formar, el agua) y la Manifestación material Divina (hacer, la tierra).
"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y
hembra los creo" Gen. 1: 27 "Entonces Yahvéh Dios formó al hombre con polvo del
suelo, e insufló en sus narices aliento de vida" Gn. 2: 7 Las palabras creó (briah)
y formó (yetzirah), señalan dos mundos, o dimensiones distintas.
En OlaM ha Briah, el mundo de la Creación, Dios crea a través de los Arcángeles,
este es el plano Divino de la Mente Creadora, asociado al elemento aire. En OlaM
ha Yetzirah, el Mundo de la Formación, Dios a través de los Ángeles da forma o
estructura energética a los pensamientos del plano creativo y este mundo es
asociado con el elemento agua.
El mundo de Yetzirah era el jardín del Edén, en que el ser andrógino (el primer
Adán andrógino) creado en Briah, se separó en Adán (el Adán masculino) y Eva,
los dos reflejos varón y hembra, claramente diferenciados de los 2 pilares
externos.
Briah el mundo de la Creación es el Cielo; Yetzirah, el mundo de la formación es
el Edén
"De Edén salía un río que regaba el jardín y desde allí se repartía en cuatro
brazos" Gn. 2: 10
El cuarto mundo, Asiah, surge del anterior. A él se refiere el Génesis cuando
menciona el río que manaba del Edén y que tenía 4 ramales, estos son el reflejo
de los 4 mundos, en los 4 elementos. Este mundo basal del hacer y la acción, es
el mundo al que nosotros mismos, al igual que Adán y Eva, hemos descendido.
En Malkuth esta "la presencia de Dios" en la materia, llamada la Shekhinah. Su
naturaleza es cuádruple, mostrando los 4 niveles del árbol en un todo: la raíz (ATzILUTh,
voluntad), el tronco (briah, mente), la rama (YeTzIRaH, corazón) y el fruto (asiah,
cuerpo).
Los habitantes de Asiah son llamados Tachutonim, los que "moran aquí abajo", y
se llaman Elyonim a los que "moran arriba". Estas criaturas son los ángeles y
arcángeles, o los "peces" y las "aves" (Gen 1: 26), que nadan en las aguas del
mundo Yetzirático de la formación y vuelan en el aire del mundo Briáhtico de la
creación.
El mundo divino de Atziluth es visto como la Túnica de Luz con que Dios envuelve
la Divina Presencia, ha sido llamado la Gloria de Dios, el Shem ha Meforash, el
Tetragramatón. También es proyectado en la imagen del Hombre Divino, Adam Kadmon;
en la visión que Ezequiel tiene de los 4 mundos, ve un hombre (atziluth),
sentado en un trono celeste (briah), colocado sobre un carro (yetzirah), que
avanza sobre la tierra (asiah).
Adam Kadmon, es el Hombre Divino de atziluth, un Adán emanado antes que el Adán
del Génesis fuese creado y formado, de este Adán Kadmon surge el Adán briáhtico,
creado al sexto día (yesod en briah). Yesod, Fundamento, es la sexta esfera
descendente a partir de Chesed, Misericordia, o el primer día, contando a partir
de la tríada suprema de Kether, Chokmah y Binah, sefiroth 1,2 y 3.
"Yahvéh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió" Gn. 3:
21
Es hasta descender a Yetzirah o el Edén, donde los dos aspectos de varón y
hembra ya separados, asumen el papel activo y pasivo, del espíritu (Adán) y del
alma (Eva). Es hasta que no pasan la prueba de la tentación, que fueron
arrojados al mundo inferior de la materialidad (asiah) y recibieron túnicas de
piel, es decir, cuerpos carnales.
"Y le hecho Yahvéh Dios del jardín de Edén para que labrase el suelo de donde
había sido tomado. Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de
Edén querubines y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol
de la vida" Gn. 3: 23
De esta manera en la creación Adán experimenta un descenso a través de los 4
mundos y en su intento de recuperarse, Adán asciende o evoluciona del plano
físico (asiah), regresando primero al jardín del Edén (yetzirah), elevándose
luego al Reino de los Cielos (briah), para lograr finalmente la Unión con lo
Divino, viendo a Dios cara a cara (atziluth).
"Y tuvo un sueño: soñó con una escalera apoyada en tierra y cuya cima tocaba los
cielos y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella" Gn. 28: 12
"Y habiéndose quedado Jacob sólo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el
alba. Este le dijo: Suéltame. Jacob respondió: No te suelto hasta que no me
hayas bendecido. Dijo el otro: ¿Cual es tu nombre? - Jacob. En adelante no te
llamaras Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los
hombres y le has vencido" Gn. 32: 25
"Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo): He visto a Dios cara a cara y
tengo la vida salva" Gn. 32: 31
"Mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo"
Ex 33: 20
Se dice que Dios se compadeció de Adán después de que éste fuese desterrado del
Edén y que le envió al arcángel RaZIEL, cuyo nombre significa "Secretos de
Dios", para que le entregase un libro gracias al cual el hombre podría no sólo
acceder de nuevo al Jardín del Paraíso, sino recordar que él era, en tanto que
imagen de Dios, el observador del espejo de la existencia donde se percibe el
Rostro Divino.
En el mundo de Asiah, los 4 mundos se reflejan en la escala evolutiva ascendente
de los reinos mineral, vegetal, animal y humano. A nivel humano el retorno a los
mundos superiores es un recorrido del rayo de la creación a la inversa. En la
vida, el desarrollo fetal está bajo Malkuth; el desarrollo del ego en la
infancia corresponde a Yesod, la capacidad de aprendizaje esta bajo Hod; a
Netzaj corresponde el despertar el instinto sexual en la pubertad; el despertar
a la conciencia del Yo corresponde a TiFAReT, aquí el desarrollo puede seguir o
pararse.
"¿No te dijimos en Egipto, déjanos en paz, queremos servir a los egipcios?
Porque mejor nos es servir a los egipcios que morir en el desierto" Ex 14: 12
Si no se elige seguir cultivando la conciencia, entonces la persona queda
atrapada en las debilidades de las sefiroth inferiores: el materialismo y apego
de Malkuth, el egoísmo, emocionalidad y bajo psiquismo de Yesod; la astucia, el
almacenamiento de información y el orgullo del conocimiento de Hod; o el apetito
sexual sin control, el degenere pasional de Netzaj. En el caso de Tifareth puede
manifestarse en el líder, en la persona con cierto poder, que dirige con buena o
mala voluntad.
Los 4 mundos se manifiestan en el ser humano como sus poderes de voluntad,
intelecto, emoción y acción. Estos 4 mundos son 4 arboles que se interpenetran,
formando el diagrama del árbol desplegado conocido como la "escalera de Jacob",
en el que el árbol de cada mundo crece a partir de la estructura del anterior,
de tal manera que el flujo de la línea de la voluntad de Dios (kav) atraviesa y
conecta todo lo que existe. En todo caso el Fundamento, Yesod, del mundo
superior sirve de base al mundo inmediato inferior como su Daath.
En el ser humano la Corona del cuerpo (la coronilla o Kether en Asiah),
corresponde al Tifareth del mundo Yetsirático o formativo que es la belleza o
armonía del alma o psique y también el Malkuth, base o soporte del mundo
creativo mental de Briah. Así el Yo Soy humano que reside físicamente en la
coronilla, no solo es la Corona (Kether en Asiah) del cuerpo y el corazón (Tifareth
en Yetzirah) de la psique, sino también la base elemental (Malkuth en Briah) del
espíritu.
El libro del Génesis describe según la doctrina qabalística del Bereshit, cómo
los Mundos de la Creación, la Formación y la Acción cobraron existencia y como
la humanidad llegó a descender al reino natural; el Éxodo trata de la ascensión
de retorno al origen, según la doctrina qabalística de la Mercavah o el
carruaje.
El Sefer Toráh, traducido comúnmente como "Libro de la Ley", es mejor aun el
"Libro de la Instrucción", son los 5 primeros libros de Moisés o Pentateuco,
donde mediante antiguos mitos cósmicos, se describen de manera simbólica las
condiciones en que nos encontramos al nacer y el método mediante el cual podemos
abrirnos camino o peregrinar hacia la Tierra Prometida de la que procedemos y
que en el Nuevo testamento toma el nombre de Reino de los Cielos.
Existen dos líneas de conocimiento bíblico: la escrita y la oral. La línea
"oral" es el método de la qabalah, que significa "recibir". La qabalah, cábala o
kabbalah, toma las narraciones bíblicas como relatos simbólicos del proceso
descendente de la luz en la materia que forma la llamada Creación y el posterior
trabajo de desarrollo humano hacia la conciencia total, que es llamada
Evolución.
El relato del descenso a Egipto de la familia de Jacob es una descripción de la
encarnación del alma. Mizraim nombre hebreo de Egipto, significa "confinado", y
"limitado". Se refiere a el alma cuyo hábitat natural es el Jardín del Edén o el
Mundo de Yetzirah y que cuando nacemos desciende a la esclavitud de la materia o
Mundo de Asiah, es el descenso a Egipto, donde el alma atrapada por la carne,
trabajo, preocupaciones, pruebas, placer y dolor, olvida su lugar de
procedencia.
"Acordaos de este día en que salisteis de Egipto, de la casa de servidumbre,
pues Yahvéh os ha sacado de aquí con mano fuerte" Ex 13: 3
Pero en algunos su alma semidespierta tiene como un vago recuerdo de la tierra
natal, una conexión que nunca llega a perderse del todo y así buscan los lugares
y las personas que les ayuden a recordar o a recobrar la memoria perdida de lo
que son, de su origen, de su destino.
Así inicia el recorrido del Sendero de retorno, hacia la conciencia y la
libertad total. Cuando Moisés da muerte al capataz egipcio y huye de su sociedad
(Éxodo 2: 11), se trata del acto simbólico de romper su vinculo con los niveles
vegetal y animal, anda errante en el desierto, hasta encontrar a Jetró, que iba
a ser su suegro o su Maestro Espiritual.
En el relato del Talmud, para poder casarse con la hija de Jetró, Moisés tiene
que desenterrar una vara de zafiro que lleva grabados los Nombres de Dios, es el
mecanismo común de la literatura esotérica del paso de una prueba iniciática,
necesaria antes de hacerse merecedor de recibir instrucción.
"El ángel de Yahvéh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una
zarza, que no se consumía" Ex 3: 2
El relato de la zarza ardiente (Éxodo 3) es la culminación, según relatos
rabínicos, de varios años de entrenamiento bajo la dirección de Jetró. Y denota
un estado de Gracia otorgado a quien a alcanzado un nivel de realización
interior, cuando ya se le puede confiar una responsabilidad o Misión especial.
La zarza ardiente es el momento es que una persona realiza su propia conexión
interna y debe dejar a su maestro para iniciar su propio trabajo.
La renuencia inicial de Moisés a volver a Egipto y cumplir su misión (Éxodo 4)
es asimismo característica de la oposición inicial de la propia voluntad a la
Voluntad Divina, antes del estado de humildad, sumisión y aceptación que
manifiesta el "Hágase Tu Voluntad y no la mía". Al aceptar su destino, Moisés
vuelve a su gente para ayudarla a salir de la casa de la servidumbre y la
esclavitud, para alcanzar la tierra de la que mana leche y miel, es decir los
Mundos superiores.
"Cuando me pregunten: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Dijo Dios a
Moisés: "Yo soy el que soy" Ex 3: 13 "Así dirás a los israelitas: Yo Soy me ha
enviado a vosotros" Ex 3: 14
El Éxodo trata del trabajo sobre si mismo que es necesario para alcanzar un
desarrollo espiritual, uno tiene que seguir un largo entrenamiento, bajo la guía
de personas que a su vez lo siguieron antes, es decir ponerse bajo la protección
y guía de una Tradición viva. Por eso Moisés cuidó de las ovejas de Jetró, lo
que puede interpretarse como el aprendizaje de dominar los instintos e impulsos
del cuerpo y de la psique.
La providencia o destino toma un papel relevante durante la búsqueda de la
puerta que conduce a los mundos superiores. El que Moisés llegara al pozo justo
cuando las hijas de Jetró eran acosadas por los pastores locales, es un ejemplo
de lo oportuno de la Providencia. Este tipo de encuentro "casual" puede conducir
a una conexión o propiciar sin que la persona lo sospeche, el contacto con un
iniciado. Pueden ser años, donde el buscador no se da cuenta que está siendo
sometido a prueba como candidato a su propia iniciación.
"Aarón, tu hermano, se lo dirá a Faraón, para que deje salir de su país a los
israelitas. Yo, por mi parte, endureceré el corazón de Faraón.... Faraón no os
escuchará" Ex 7: 2
El siguiente paso del camino consiste muchas veces en tomar conciencia de que la
persona que le instruye a uno no está sola, sino que es tan solo un eslabón de
una antigua cadena de enseñanzas. Volviendo al viaje interior para salir de la
esclavitud: cuando un individuo alcanza el punto de desarrollo en el que sabe
que definitivamente hay otras cosas en la vida que lo que la gente común busca,
y desea participar del trabajo de los mundos superiores, e integrarse a un grupo
de trabajo bajo la guía de una tradición viva. Entonces ocurre algún
acontecimiento especial que cambia el rumbo de su vida. Esto está simbolizado
por el cruce del mar rojo, que constituye en la vida un punto sin retorno. En
ese momento ya no se puede simplemente pensar o leer sobre el desarrollo
espiritual. Tiene que haber un verdadero compromiso, cuando eso se da, se abre
la conexión con un mentor espiritual y algún grupo donde la persona pueda
encontrarse y trabajar con otros que están en el Sendero de retorno. Ahora el
relato del éxodo de Egipto se convierte en una realidad viva: es la partida por
un viaje a través del desierto de la psique hacia la tierra del espíritu. El
alma (pueblo judío) esclava en Egipto (materia), atraviesa el desierto
(espejismos y tentaciones) rumbo a la Tierra prometida (Mundos superiores de
conciencia y libertad).
"Y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie
enjuto, mientras las aguas formaban muralla a derecha e izquierda" Ex 14: 21
El paso del Mar Rojo, es la descripción de una iniciación espiritual. Una vez
que el aspirante ha dejado su antigua forma de vida representada por Egipto y ha
cruzado el mar del compromiso, ya no puede volverse atrás. Tiene que enfrentarse
y cruzar el desierto psicológico interior, con sus rebeliones y su disciplina,
su purificación y su revelación sobre un monte Sinaí interior, hasta que la
vieja psicología de esclavo de las circunstancias o del destino desaparezcan y
entonces estará listo para entrar en la tierra prometida del espíritu.
"He decidido sacaros de la tribulación de Egipto al país de los cananeos, los
hititas, los amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos, a una tierra que mana
leche y miel" Ex 3: 17
"Yahvéh bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte; llamó Yahvéh a Moisés a la
cima de la montaña y Moisés subió" Ex 19: 20
Como nadie se realiza solo o bajo sus propias ideas, sale un pueblo guiado por
un Maestro, Moisés y el pueblo judío representan la necesidad del trabajo
coordinado y en grupo, para vencer la tendencia a volver a caer en la esclavitud
de lo externo.
"Mientras los sacaban afuera, dijo uno: ¡Escápate por vida tuya! No mires atrás
ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a ser barrido" Gn. 19:
17
"Su mujer miró atrás y se volvió poste de sal" G. 19: 26
El trabajo interior es Avodah, palabra hebrea que también significa "servicio" y
"devoción" y se basa en el modelo del árbol. La primera etapa corresponde a
Malkuth, sus practicas son sobre asuntos materiales tales como ser puntual,
constante, tener disciplina, orden. Esto ayuda a desarrollar una profunda
conciencia del mundo elemental, esta sensibilidad se intensifica hasta que uno
se da cuenta de que los 4 Mundos están eternamente presentes en nosotros y lo
que nos rodea.
El siguiente paso es identificar la naturaleza del ego Yesódico, el estudiante
conoce su propio tipo de ego, percibiendo si es principalmente pensador (hod),
sensitivo (yesod) o activo (netzaj).
El siguiente paso esta relacionado con la teoría (hod) y la práctica (netzaj).
Aquí se estudian textos y diagramas cabalísticos, el significado de letras,
palabras, números, interpretación de parábolas (hod). Netzaj tiene que ver con
la práctica, como la ejecución de un ritual, una meditación o aplicar los
principios cabalísticos a la solución de un problema de salud o de negocios.
El maestro o Maggid se sitúa en Tifaret, es el observador en relación al
estudiante o grupo, situados en Yesod. Actúa como el Yo que guía al ego
indisciplinado del estudiante (ciego, sordo y mudo a la verdad). Las directrices
son dadas desde el Trono de Salomón, pero no sólo por parte del maestro, sino
por aquello que pasa a través de él desde arriba. De esa manera se controlan los
desequilibrios personales del Maggid y a través de él se establece una corriente
o contacto entre los Mundos superiores y los estudiantes. Así la qabalah se
imparte y recibe a todos los niveles en la línea de los Mundos, desde Metatrón
el más alto iniciado, hasta el estudiante más modesto, con tal de que sea
receptivo.
Cuando el estudiante alcanza el nivel de Tifaret dentro de si mismo, es porque
ha cultivado la suficiente voluntad como para atravesar la tríada del despertar
cada vez que lo desea, ahora es su propio tutor. Hace contacto con la tríada del
alma (Chesed, Gevurah y Tifaret) lo que pone en juego la disciplina de la
Justicia y la tolerancia de la Misericordia, así su alma se va purificando y
equilibrando.
En términos del grupo, la gran tríada superior tiene que ver con cuestiones
cósmicas, tales como el generar nuevas épocas religiosas o sociales. Aquí Binah
y Chokmah, las sefiroth de la Tradición y la Revelación, junto con Daath,
Conocimiento; otorgan una visión de los acontecimientos celeste. Y el don
profético se alcanza por una profunda conexión interna, con lo que se ha dado en
llamar la Academia de lo Elevado. O lo que otras tradiciones llaman la Isla de
los santos, el Círculo interior de la Humanidad, la Gran Fraternidad de los
iniciados. No tiene ubicación en este mundo, están en la parte superior de
yetzirah (psique) y en la parte inferior de briah (espíritu), fuera del tiempo y
del espacio ordinario.
En lo más alto del árbol, es donde se llega a la presencia de la Shekinah o
lugar del Señor. Puede ser percibido como un estado de Gracia, unidad y paz. El
cabalista busca conscientemente este estado de Yehud o Unidad, bajo las alas de
la Tradición.
Los grupos cabalistas pueden encontrarse en cualquier parte del mundo y no
siempre bajo la ortodoxia judía. Encontrarlos no es fácil y por supuesto ser
invitado a integrarse a un grupo es aún más difícil. La qabalah solo abre sus
puertas a aquellos que están preparados para recibir.
Conforme el cabalista se eleva por su trabajo interior, la Gracia desciende a su
encuentro, otorgándole profundas intuiciones psicológicas (yetzirah) y profundas
experiencias espirituales (briah).
En el camino de la qabalah es necesario estar sólidamente implantado en la vida
ordinaria, la estabilidad es necesaria, pues cualquier desequilibrio en el
cuerpo o la mente se agranda durante una experiencia espiritual. El cabalista se
desarrolla usando su medio ordinario como su área de crecimiento interior, es en
las condiciones de nuestra vida normal, donde puede cultivarse la vida interior.
Según los cabalistas, en el momento en que la Creación (briah) se separó del
Mundo de la Emanación (atziluth) surgió el principio del mal. Hay diferentes
clases de mal. Su forma más aguda es la obstinación; está se encarna en el
arcángel Lucifer, que se rebeló contra Dios. Se manifiesta de arriba hacia
abajo, a través de todos los mundos , como el principio que siempre sabe más y
se encuentra en los orgullosos y los arrogantes de todos los niveles. Los males
son generados como desequilibrios en las columnas laterales del árbol, por
excesiva contracción, de Forma o severidad, o por la excesiva expansión, de
Fuerza o Misericordia.
Para ascender en la escala de Jacob, hay dos primeros obstáculos que superar: la
obstinación y la falta de voluntad.
Lucifer fue arrojado para cumplir la labor del tentador. Trabaja junto con las
fuerzas demoníacas de la desintegración, para probar la integridad de la
creación y especialmente del hombre, la única criatura que posee libre albedrío.
El arcángel Miguel recibió la orden de ser el adversario del mal en el cielo,
mientras que el hombre es responsable del orden sobre la tierra.
A los 4 Mundos, los cabalistas añaden un quinto nivel, el reino de las qliphoth
o kelippot, "conchas, cascaras", más conocido como el Infierno o mundo
"inferior", representado por 7 niveles de sufrimiento o impureza, donde
permanecen los que se oponen a la voluntad de Dios hasta que se arrepienten.
Lucifer "el portador de la luz" era uno de los más altos arcángeles, pero se
negó a someterse a Adán, por ello recibió el título de Samael "envenenador de
Dios", el aspecto destructivo del Juicio Divino (gevurah). Satanás es el
tentador el hombre.
Según la Tradición cada individuo es enviado aquí abajo para cumplir una tarea
relacionada con el plan cósmico, como ello no es posible de cumplir en el
termino de una sola vida, la qabalah suscribe la idea de la reencarnación,
llamada Gilgulim o los "retornos" en hebreo. Nuestro libre albedrío genera lo
que en la India se llama karma y en la qabalah, recompensa y castigo, el Tikum o
"corrección".
Por el abuso del libre albedrío, la misión personal puede verse entorpecida
durante varias vidas, lo que es la visión qabalística del castigo divino "hasta
la tercera y cuarta generación" (Exodo 20: 5)
El trabajo de Creación para la humanidad es la participación consciente en la
realización de la intención Divina. Mediante ella el cabalista se vuelve más y
más consciente de los acontecimientos de los Mundos superiores y ayuda a
introducir sus influjos en los inferiores. Lo consigue mediante la habilidad en
la vida práctica, la solidez psicológica y la claridad espiritual. Ello lo
convierte en un buen instrumento para desempeñar cualquier tarea que la
Providencia le asigne. Llena sus actos de claridad, pureza, equilibrio y
eficiencia, que son las cualidades de los 4 Mundos.
En qabalah, la fábula de los "Lamed Vav", los 36 hombres justos, apunta a la
presencia de una hermandad extendida alrededor del mundo, de seres sabios que
velan por la vida espiritual de la humanidad. Pudiendo ser hindúes, musulmanes,
cristianos, judíos, toltecas, budistas, etc. Sólo ellos saben, quienes son los
36, porque ante el mundo aparecen de forma totalmente natural en su contexto
diario.
En qabalah el más perfecto de los seres humanos encarnados es el que representa
al Mesías, que actúa como conexión entre todos los mundos. Se dice que esa
persona está presente en todas las generaciones, por lo que el concepto de que
el Mesías llegó, o está aun por llegar, adquiere la dimensión de lo Divino, que
es " Yo Fui, Yo Soy y Yo Seré".
La humanidad ha emergido de su período vegetal de mera supervivencia y se
encuentra ahora en su etapa animal, en que las naciones, como los animales,
pugnan aún por dominar. La conciencia global creada por los medios masivos de
comunicación, la creciente sensibilidad psicológica por los derechos humanos y
el interés actual por las cuestiones espirituales, significan, señalan y
muestran a los ojos del observador imparcial, el inicio de una lenta unificación
de los tres Mundos inferiores de la humanidad, a un nivel económico o vegetal, a
un nivel político a animal, a un nivel psicológico o humanista y a un nivel
ecuménico o espiritual.
Cuando cada criatura contemple la Divina Presencia sobre su Trono, comprenderá
que no es sino una faceta de un Todo. Finalmente como un espíritu realizado de
la humanidad se fundirá con Adam Kadmon. Y esa imagen de Dios contemplará en la
experiencia de la humanidad el reflejo de su propia Divinidad. En ese momento se
alcanzará la perfección de la Unión con el Santo nombre de YO SOY EL QUE YO SOY
(Ehyeh Asher Ehyeh). Así la imagen se funde con la realidad al disolverse dentro
de AIN SOPh y fusionarse de nuevo con AIN: Sólo Dios es Dios.
La Menorah es el candelabro que le especificó Dios a Moisés en el Monte Sinaí
(Éxodo 25). Hecho de una sola pieza de oro puro, para simbolizar el permanente y
unificado Mundo Divino de la Emanación, consta de 7 brazos (los 7 días de la
creación, los 7 espíritus ante el trono de Dios), más 3 puntos de intersección,
con lo que suma las 10 esferas del árbol de la vida, Consta de 4 niveles
representando a los 4 mundos (la Divinidad, el espíritu, el alma y el cuerpo) y
lleva 22 ornamentos, asociadas a las 22 letras, poderes o leyes con las que Dios
creó al mundo.
En su lectura de la Biblia, los cabalistas utilizan una gran variedad de métodos
de interpretación - literal, alegórica o metafísica -, pero el objetivo es
siempre el abrir las llamadas 7 puertas de la comprensión: Las 3 primeras son
las de la acción cotidiana, del sentimiento y del pensamiento; las 4 ultimas
comprenden: el despertar interior, la conciencia del alma y la conciencia
espiritual, que conducen a la Divina Presencia. En cada una de esas etapas, el
texto de la Biblia adquiere un nuevo significado. Como el símbolo de Adán y Eva
que adquiere gradualmente una realidad física, psicológica y espiritual.
Hay tres acercamientos iniciales en la qabalah, que corresponden al cuerpo, al
corazón y a la cabeza. Son los tres métodos de la acción (ritual), la devoción
(oración y servicio) y la contemplación (meditación): el acercamiento literal,
el alegórico y el metafísico a la tradición religiosa. El cuarto acercamiento,
el de la percepción mística constituye el primer estadío de la verdadera
experiencia qabalística, donde trasciende el mundo natural entrando al
sobrenatural y ve lo oculto a la vista. El más alto nivel de realización
espiritual es el contacto directo con lo Divino, que se alcanza mediante la
práctica del Devekut, la adhesión constante a Dios. El recuerdo de su presencia
divina.
Santo, Santo, Santo, eres Tú, Rey del Universo, Tú Gloria colma todos los
Mundos.
ToRaSYaH©
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