Padres e hijos
Todos nosotros sabemos que hay problemas entre
Padres e Hijos, por lo tanto te doy aquí algunas soluciones que te
ayudarán.
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LOS PADRES.- Evidentemente, si tienes muy buenos padres que hasta
hoy permanecen unidos, se vive en su casa una perfecta armonía y son
tus mejores amigos, hay amor. Por lo tanto, no puede haber mayores
problemas.
Pero existen los padres difíciles: los divorciados, los que viven en
una continua guerra, los tiránicos, dominantes y posesivos; los que
no te dejan casarte, y llegas a los treinta y pico sin haberlo
hecho; los que te obligan a estudiar lo que no deseas, porque ellos
no pudieron hacerlo; los que sutilmente te llevan a trabajar en el
mismo negocio que tienen ellos, aunque ésa no sea tu meta, etc.,
etc., etc..
Primero trata de comprenderlos. Intenta entrar en la mente y en el
cuerpo de ellos. Prueba entender cuál es el problema que sufren, y
piensa cómo lo podrías solucionar si tú fueras él o ella.
Luego emprende, por todos los medios a tu alcance, el diálogo.
Procura entablar una charla. Ayúdalos sinceramente. No te pronuncies
por uno o por otro, analiza bien la situación y su posible solución,
y demuéstrales que tú estás sufriendo frente a su conducta.
Pero siempre habla con amor, con suavidad. No grites, ni te rebeles
frente a una opinión en contra. Puedes llorar si lo deseas. Si
tienes hermanos que viven el mismo problema, fusiónate con ellos
para hacer lo siguiente:
Declara que tal día va a haber una Asamblea familiar y que todos
tienen que estar presentes.
A efectos de la Asamblea, es conveniente emplear un cuaderno, que
sería una especie de Libro de Actas para registrar las ideas
formuladas por cada uno.
Un secretito para que tengas éxito en esta Asamblea: comienza por
hablar de ti, describe tu problema y lo que intentarás hacer para
resolverlo. Siente con sinceridad y habla con honestidad. Exprésate
suavemente, y no juzgues a los demás. Confiésate, escríbelo en el
cuaderno y comprométete a cambiar.
Si actúas de dicha forma frente al resto de la familia, te evitarás
resentimientos. Los otros, al ver tu actitud, no querrán ser menos
que tú, y te imitarán.
En la reunión, es necesario que cada uno exponga lo que tenga que
decir. Tú vas anotando cada cosa, y entre todos buscan una solución
para los conflictos planteados, aunque pasen toda una noche
hablando. Verás que cada cual se comprometerá en ir cambiando su
forma errónea de proceder, para que todos puedan convivir en paz.
No olvides que aquí también te da resultado la caja emocional.
Si en menos de tres meses, haciendo una Asamblea a fin de cada mes,
no obtienes resultados positivos, escríbeme, que yo encontraré la
forma de ayudarte y arreglar el problema.
LOS HIJOS.- Con los hijos se pueden dar muchos acontecimientos
semejantes a la situación anterior. También funciona frente a los
problemas con ellos la organización de la Asamblea.
En este caso, no te ubiques como jefe o jefa de la misma. Comienza
la Asamblea como si plantearas un juego. Les explicarás a todos que
el juego consiste en imaginar que cada uno de ustedes tiene veinte
años.
Y también arranca hablando de ti mismo. Verás que te las ingeniarás
muy bien para que la reunión tenga éxito. ( Por ejemplo, podrás
contar alguna anécdota tuya, que sea chistosa, de la época en que
tenías la edad de tus hijos.). No digas lo que quieres que hagan los
demás, déjalos expresarse, atiende a tus hijos: escúchalos. Es
fundamental darles la voz a cada uno en Plena Democracia. ¡Que cada
uno pida la palabra!
En el momento en que hable el mayor, préstale atención recordándote
a ti cuando tenías su edad, pero no te compares, no digas que tú a
su edad tuviste que hacer tal o cual cosa para vivir.
Imagínate con esa edad viviendo en la época actual, con la
vestimenta que se usa hoy y la música que se escucha hoy, y
compréndelo. Entre todos encontrarán la solución para cualquier
conflicto que exista.
Cuando opine el o la del medio, haz lo mismo. Vas anotando los
objetivos de cada uno y la forma en que pueden lograrlos.
¡Escúchalos sin interferir, aunque no estés de acuerdo! Después de
que hablen, en el momento en que te toque el turno de opinar,
expondrás tus ideas.
Y lo mismo repetirás con los hijos que siguen hasta llegar al menor.
Utilicen el cuaderno, en el cual anotarán la fecha de la Asamblea y
las resoluciones que se tomaron.
Escucha a los pequeños, ellos son muy sabios, podrían maravillarte
con sus palabras y sus soluciones. Si hay peleas entre ellos a causa
de los celos, lo solucionas muy fácil con palabras florales dichas
para todos.
Las "Palabras Florales" pueden ser, por ejemplo: "Yo tendría que
tener media docena de hijos como ustedes porque son de lo mejor que
existe". Te sorprenderá el efecto notable que causarán tus palabras.
Puedes utilizar miles de frases parecidas, frente a los demás o con
cada uno por separado. Incentívalos constantemente para que hagan lo
que ellos desean hacer, sea trabajar o estudiar. No te interpongas
en el camino que tienen elegido porque tú deseas determinada
profesión para ellos
Entre todos controlarán que cada uno cumpla el compromiso que
asumió. La asamblea que explico para todos los casos familiares
funciona al igual que una terapia de grupo.
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Ludy Mellt Sekher©
Fragmento de "Haz de ti un ser Feliz" de Ludy Mellt
Sekher©
© Copyright Ludy Mellt Sekher.
Editorial Aymara-
Montevideo Uruguay
1997 ISBN - 9974 - 633 – 11-7
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