LA PRIMAVERA
Versión Portugués
EL
BOSQUE
I.S.B.N. 2.345.930.N
©Ludy Mellt Sekher
©Editorial LMS
A la Memoria de la única persona que
encontré en este mundo con verdadera Armonía,
Mi Padre.
DIOS ESTÁ CONTIGO PAPITO
Ludy Mellt Sekher
Los cielos caminaron por la tierra con paso de ganado. En el bosque dormía la vida y los
senderos secos y tristes comenzaban a deslizarse hacia el mar lejano.
Y los ojos cerrados de la tierra levantaron sus pestañas para abrirse a la vida, con sus
brazos abiertos plenos de sonrisas fogosas, pletórica de labios silenciosos y sonoros.
Porque arribaba la primavera con su beso hondo y penetrante y con toda la pasión de un
amante ardiente, y la sangre de los campos se asomaba ferviente por los retoños.
Las manos del viento flotaban en el cabello de los trigales, clavando uñas que abrían
bocas de sangre y oro entre pétalos de luces.
Cerca del bosque, el mar
peinaba su melena en nuevas oleadas volcándolo en caídas resonantes entre las rocas, que
recibían ardientes la juventud de la vida.
La ninfa brillaba dormida silenciosamente en lo profundo de su nido, yaciendo en calma en
el regazo del árbol. Ninfa en el Árbol . Árbol en la Ninfa.
Aún dormía el amanecer, y como gotas de rocío la voz de su amado la despertó con los
primeros trinos de mirlos y zorzales.
Sin embargo, allí estaba la capilla, los dos árboles, El y Ella siempre iguales, uno
frente al otro.
"Siempre juntos por siglos, sus raíces continuaban uniéndose y sus ramas se amaban
entre las sábanas del viento. Pero separados...Dentro de aquel santuario, sus hojas
temblorosas y tímidas, se abrazaban, se comprendían. Y en trémulo y musical susurro
decían mil palabras apacibles entre ellos...
¡Nadie, nadie sabía su lenguaje!
Habían pasado tantos siglos que no los sintieron,
pero su única raíz era más grande y fuerte de lo que ellos mismos podrían imaginarse.
La misma tierra los unía extraña y misteriosamente... El mismo hogar...
¿Cuantas vidas crecieron así?
¿Cuantos años estarían en ese templo?
"
Era un día calmo y pacífico,
el padre sol comenzaba a desperezarse entre sus sabanas de estrellas.... Apenas se
oía desde la capilla el rumor del mar... Parecía estar tan lejos del bosque y de
aquellos dos árboles...
Las primeras perlas de rocío comenzaron a volar entre brillos de alas. Mariposas
multicolores invadieron la capilla. La amiga Colibrí volaba muy cerca de Ella esperando
que su amiga resurgiera del oculto nido donde pasaba sus noches.
El aire danzaba suavemente entre los caireles de las flores.
...Algo extraño, enigmático, misterioso y
aterrador...
De pronto, el cielo se oscureció hiriendo sin piedad los sentidos del bosque
entero.
Un viento desató su
furia violenta para lanzarse sobre la tierra con sus instintos enardecidos.
Con alaridos de salvaje animal feroz y hambriento. Escalando muros, montañas
y valles con su pelambre mordiendo, y agitando su mordaz espada...
Dominó el bosque íntegro con furia desatada,
como céfiros enloquecidos violando la tierra entera. Frente a su impulso desencadenado,
la madre gaia no pudo resistirse.
Era su oportunidad, su momento,
destruir la desnudez de la cuenca eterna y dejarla en plena agonía. Sin escuchar sus
quejidos y sus clamores.
Era un monstruo con reservas
virulentas de violencia prestas a derramarse inexorables, volcando sus impulsos
implacables a la tierra que en su entraña se vaciaba.
Y
el mar se levantó hasta las nubes, como un gigante estremecido, clamando por su cauce.
Sus manos acuosas cabalgaron la silueta de la mujer tierra, bajando y subiendo desde sus
múltiples caderas a su única cintura...
Y
el zarpazo final... El desgarrón mortal...
Viento y mar violentando
la vibrante estructura de la tierra, plantaron en el medio sus espadas, profanándola,
arrancando sin piedad sus vestido de botones perfumados, descuartizando con sierras de
fuego, bosques, montes, sierras, valles y quebradas...
Y
ellos dos, El y Ella, en medio del bosque, doblándose al latigazo del viento, mudos,
callados, ateridos...
Ella ya no era la ninfa...
ni el águila...
ni el ángel...
ni el picaflor...
¡Era árbol!
El tampoco era águila,
ni arcángel, ni hombre, ni refugio de la ninfa... ¡Era árbol!...
Capítulo XXI
Una explosión misteriosa y
nunca oída silenció el bosque entero. Un silencio extraño, sordo, mudo, cerró los
cauces del mar, desembraveció el viento... Detuvo en un segundo el feroz ataque de la
naturaleza desencadenada. Como si un Dios luminoso del Olimpo hubiera entrado en la fragua
de Vulcano.
Una luz extraña, misteriosa, insondable, pero llena de Paz y Armonía...Brilló por el
mundo...Se esparció por la humanidad entera.
A los lejos en las nubes, se
encendió una silueta de Castillo entre el horizonte en nieblas. Una mansedumbre de suaves
copos. Un sueño irrealizable, un imposible....
Los ojos del Cielo abrieron sus miradas hacia el bosque, multiplicando huellas, dolores,
acompañando, persiguiendo, cabalgando...
Un momento en la eternidad, un paréntesis en el tiempo, un Sol de Medianoche y una Luna
de Mediodía...
Todo en calma, sobre la greda
dormían troncos yertos con muslos de cieno y actitud herida, alas en la espalda y arcos
en los puños.
Y una Mirada Azul de Amaneceres de suaves y ardientes destellos fue abriendo nuevamente el
vademécum del valle, indagando entre las hojas, buscando la capilla, escudriñando los
despojos de savia, buscando aquellos dos seres árboles que siempre estaban juntos...
¡Nada! Los dos árboles habían desaparecido...
La Mirada Azul recorrió el
mundo entero. Todo en calma, surgían las mariposas, el sol a lo alto sonreía en medio de
la noche...Rebaños de centauros y pegasos chapoteando en la ribera de una cascada
cristalina.
La madre tierra volvía a nacer, pequeños colibríes libaban entre las rosas, pájaros
multicolores volaban ente los árboles... Se abrían las corolas sedientas de vida, con
los senos descubiertos y las cabelleras sedosas... Pero la Mirada Azul sabía, que antes
de otro amanecer de despertares esperanzados en el encuentro; destellarían las primeras
luces que descubren las efímeras brumas y que anuncian el resurgir de todo lo que tiene
la capacidad de amanecer....
Que los encontraría un día,
con la luz invasora de rincones inverosímiles, luminosos y etéreos, caminando hacia él
en la hora precisa, en el minuto acordado... Donde la noche acaba se iniciarían sus
miradas de cielo abierto y surgiría el reencuentro, siempre sorprendente de Sol y Vida.
Y la Mirada Azul se sentó frente a una ensenada de aguas tranquilas, ajena de tormentas y
plena de luz, de caminos cortos, senderos a la gloria, tránsitos de fe en vacíos que no
dañan.
-"El
espíritu no se toca, ni se mide, no varia su forma pero sufre y ama, porque el espíritu
es el sueño del cuerpo amado cuando este se ausenta. El Espíritu es lo único real en un
universo de apariencias" pensó la mirada azul...
Ellos saben que el placer y el dolor surgen del mismo sitio, se complementan y superponen,
al final llegan a ser Uno solo, y el límite que pueden alcanzar ambos será el
mismo".
Y el Señor, dueño de esa Mirada Azul se quedó dormido junto al lago multicolor, espejo
del cielo...
Un toque de clarines, una
música de siete ángeles lo sobresaltó.
¡Despierta!... cantaban sus ejércitos...
Se restregó la mirada azul, mirando sorprendido, aquel espectáculo frente a él, en
medio del lago.......
El agua se levantaba con
clamores retumbantes de embriagadoras sonajas como si del fondo del lago surgiera un
volcán, resucitando el eco de las palabras que siempre escuchaba.
Y contempló aquella sed infinita de candente belleza. Los admiró desnudos, dulces,
acogedores, agresivos y violentos, crepúsculo y aurora...
Ahora desde el mar surgía UN SOLO ÁRBOL, sin ramas, con cuatro enormes alas, el tronco
entretejido de un hombre y una mujer...
Eran ellos, los mismos, El y Ella, pero ahora,
¡UNIDOS EN UNO SOLO!
Surgiendo del mar, de la tierra, de la vida, de la esperanza, la fe y el Amor Universal.
- "Ahora sí son el
Yin y Yang , ahora sí hay paz, armonía y amor" ... y siguió caminando por la
tierra, buscando otros y otros y otros y otros, muchos más, iguales a Los Dos
Árboles del
Bosque.
Ludy Mellt Sekher©
YIN
Y YANG . Eterna búsqueda de armonía.
El ser humano envuelto en vaivenes de amor y odio, de bondad y maldad, de sis y nos.
Si buscamos el equilibrio dentro de nosotros mismos, allí encontraremos "Los Dos
Árboles".
Muchas veces en nuestra vida necesitamos de un huracán para encontrar la ARMONÍA.
Ludy Mellt Sekher ©
EL BOSQUE
I.S.B.N. 2.345.930.N
©Ludy Mellt Sekher
©Editorial LMS
Montevideo Uruguay
CONTRATAPA
Todas las cosas y todos los fenómenos tienen dos aspectos: un aspecto Yin y un aspecto
Yang. Esto se halla directamente unido a la impermanencia del mundo manifestado, a la
alternancia de los contrarios, y representa el fundamento mismo del movimiento perpetuo
del universo. Ningún fenómeno persiste eternamente en su naturaleza particular.
Los criterios de la vida se definen en comparación con la muerte. El
alivio solo se percibe en relación con el dolor, la felicidad en relación con la
infelicidad, el día en relación con la noche. El movimiento solo es apreciable en
referencia a la inmovilidad.
Así pues, el espacio, el tiempo, la naturaleza, la condición humana y
todos los fenómenos perceptibles ya sean abordados por la ciencia, la filosofía,
el arte o cualquier dialéctica fundada en la dualidad pueden expresarse en
términos de Yin/Yang.
En El Bosque, Ludy Mellt Sekher interpreta magistralmente esa dualidad
y ese equilibrio.
El y Ella, Hombre y Mujer, Vida y Muerte,
Raíces y Alas...
YIN Y YANG
¡Atrévete a ingresar en el Bosque de la Vida!
IMÁGENES :
Diana Elizabeth Stanley
Griselda Tello
Jonathon
Earl Bowser
(Extracto
del libro "El Bosque"
de Ludy Mellt Sekher)
I.S.B.N. 2.345.930.N
©Ludy Mellt Sekher
©Editorial LMS
Portugues
A PRIMAVERA
O BOSQUE
À Memória da única pessoa que
encontrei neste mundo com verdadeira Harmonia,
Meu Pai.
DEUS ESTÁ CONTIGO PAPITO
Ludy Mellt Sekher
Os céus caminharam pela terra com passo de gado. No bosque dormia a vida e os
caminhos secos e tristes começavam a deslizar-se para o mar longínquo.
E os olhos fechados da terra levantaram suas pestanas para abrir-se à vida, com
seus braços abertos plenos de sorrisos fogosas, pletórica de lábios silenciosos
e sonoros.
Porque aportava a primavera com seu beijo fundo e penetrante e com toda a paixão
de um amante ardente, e o sangue dos campos se assomava fervente pelos retoños.
As mãos do vento boiavam no cabelo dos trigales, fincando unhas que abriam bocas
de sangue e ouro entre pétalas de luzes.
Cerca do bosque, o mar penteava sua melena em novas ondas volcando-o em quedas
ressonantes entre as rochas, que recebiam ardentes a juventude da vida.
A ninfa brilhava dormida silenciosamente no profundo de seu ninho, jazendo em
acalma no regaço da árvore. Ninfa na Árvore . Árvore na Ninfa.
Ainda dormia o amanhecer, e como gotas de orvalho a voz de seu amado a acordou
com os primeiros trinos de mirlos e zorzales.
No entanto, ali estava a capela, as duas árvores, O e Ela sempre iguais, um
frente ao outro.
"Sempre juntos por séculos, suas raízes continuavam unindo-se e seus ramos se
amavam entre os lençóis do vento. Mas separados...Dentro daquele santuário, suas
folhas trémulas e tímidas, abraçavam-se, compreendiam-se. E em trémulo e musical
sussurro diziam mil palavras aprazíveis entre eles...
¡Ninguém, ninguém sabia sua linguagem!…Tinham passado tantos séculos que não os
sentiram, mas sua única raiz era maior e forte do que eles mesmos poderiam
imaginar-se. A mesma terra os unia estranha e misteriosamente... O mesmo lar...
Quantas vidas cresceram assim?…
Quantos anos estariam nesse templo?…"
Era um dia acalmo e pacífico, o pai sol começava a espreguiçar-se entre seus
sabanas de estrelas.... Mal se ouvia desde a capela o rumor do mar... Parecia
estar tão longe do bosque e daquelas duas árvores...
As primeiras pérolas de orvalho começaram a voar entre brilhos de asas.
Borboletas multicolores invadiram a capela. A amiga Colibri voava muito cerca
dela esperando que sua amiga resurgisse do oculto ninho onde passava suas noites.
O ar dançava suavemente entre os caireles das flores.
...Algo estranho, enigmático, misterioso e aterrorizador...
De repente, o céu se escureceu ferindo sem piedade os sentidos do bosque inteiro.
Um vento desatou sua fúria violenta para lançar-se sobre a terra com seus
instintos enardecidos.
Com alaridos de selvagem animal feroz e faminto. Escalando muros, montanhas e
vales com seu pelambre mordendo, e agitando seu mordaz espada...
Dominou o bosque íntegro com fúria desatada, como céfiros enlouquecidos violando
a terra inteira. Frente a seu impulso desencadeado, a mãe gaia não pôde
resistir-se.
Era sua oportunidade, seu momento, destruir a nudez da cuenca eterna e deixá-la
em plena agonia. Sem escutar seus quejidos e seus clamores.
Era um monstro com reservas virulentas de violência prestas a derramar-se
inexoráveis, volcando seus impulsos implacáveis à terra que em sua entranha se
esvaziava.
E o mar se levantou até as nuvens, como um gigante estremecido, clamando por seu
leito. Suas mãos acuosas cavalgaram a silhueta da mulher terra, baixando e
subindo desde seus múltiplos quadris a sua única cintura...
E o zarpazo final... O desgarrón mortal...
Vento e mar violentando a vibrante estrutura da terra, plantaram no meio suas
espadas, profanando-a, arrancando sem piedade seus vestido de botões perfumados,
esquartejando com serras de fogo bosques, morros, serras, vales e quebradas...
E eles dois, O e Ela, no meio do bosque, dobrando-se ao latigazo do vento,
mudos, calados, ateridos...
Ela já não era a ninfa...
nem o águia...
nem o anjo...
nem o picaflor...
¡Era árvore!
O também não era águia, nem arcángel, nem homem, nem refúgio da ninfa... ¡Era
árvore!...
Capítulo XXI
Uma explosão misteriosa e nunca ouvida silenciou o bosque inteiro. Um silêncio
estranho, surdo, mudo, fechou os leitos do mar, desembraveció o vento... Deteve
num segundo o feroz ataque da natureza desencadeada. Como se um Deus luminoso do
Olimpo tivesse entrado na fragua de Vulcano.
Uma luz estranha, misteriosa, insondable, mas cheia de Paz e Harmonia...Brilhou
pelo mundo...Se espalhou pela humanidade inteira.
AOS longe nas nuvens, acendeu-se uma silhueta de Castelo entre o horizonte em
nevoeiros. Uma mansedumbre de suaves flocos. Um sonho irrealizável, um
impossível....
Os olhos do Céu abriram suas miradas para o bosque, multiplicando impressões,
dores, acompanhando, perseguindo, cavalgando...
Um momento na eternidade, um parêntese no tempo, um Sol de Meia-noite e uma Lua
de Meio dia...
Tudo em acalma, sobre a greda dormiam troncos yertos com coxas de lodo e atitude
ferida, asas nas costas e arcos nos punhos.
E uma Mirada Azul de Amaneceres de suaves e ardentes reflexos foi abrindo
novamente o vademécum do vale, indagando entre as folhas, procurando a capela,
vasculhando os despojos de seiva, procurando aqueles dois seres árvores que
sempre estavam juntos...
¡Nada! As duas árvores tinham desaparecido...
A Mirada Azul percorreu o mundo inteiro. Tudo em acalma, surgiam as borboletas,
o sol ao alto sorria no meio da noite ..Rebanhos de centauros e pegasos
chapinando na ribeira de uma cascata cristalina.
A mãe terra voltava a nascer, pequenos colibries libaban entre as rosas,
pássaros multicolores voavam ente as árvores... Abriam-se as corolas sedentas de
vida, com os seios descobertos e as cabeleiras sedosas... Mas a Mirada Azul
sabia, que antes de outro amanhecer de acordares esperançosos no encontro;
destellarían as primeiras luzes que descobrem as efêmeras brumas e que anunciam
o resurgir de tudo o que tem a capacidade de amanhecer....
Que os encontraria um dia, com a luz invasora de rincões inverosímeis, luminosos
e etéreos, caminhando para ele na hora precisa, no minuto lembrado... Onde a
noite acaba se iniciariam suas miradas de céu aberto e surgiria o reencontro,
sempre surpreendente de Sol e Vida.
E a Mirada Azul se sentou frente a uma ensenada de águas calmas, alheia de
tormentas e plena de luz, de caminhos curtos, caminhos à glória, trânsitos de fé
em esvaziamentos que não danam.
-"O espírito não se toca, nem se mede, não variada sua forma mas sofre e amoa,
porque o espírito é o sonho do corpo amado quando este se ausenta. O Espírito é
o único real num universo de aparências" – pensou a mirada azul...
Eles sabem que o prazer e a dor surgem do mesmo lugar, complementam-se e
sobrepõem, ao final chegam a ser Um só, e o limite que podem atingir ambos será
o mesmo".
E o Senhor, dono dessa Mirada Azul ficou dormido junto ao lago multicolor,
espelho do céu...
Um toque de clarines, uma música de sete anjos o sobressaltou.
¡Desperta!... cantavam seus exércitos...
Esfregou-se a mirada azul, olhando surpreso, aquele espetáculo frente a ele, no
meio do lago.......
O água se levantava com clamores retumbantes de embriagantes sonajas como se do
fundo do lago surgisse um vulcão, ressuscitando o eco das palavras que sempre
escutava.
E contemplou aquela sede infinita de incandescente beleza. ADMIROU-OS nus,
doces, acolhedores, agressivos e violentos, crepúsculo e aurora...
Agora desde o mar surgia UMA SÓ ÁRVORE, sem ramos, com quatro enormes asas, o
tronco entretejido de um homem e uma mulher...
Eram eles, os mesmos, O e Ela, mas agora,
¡UNIDOS NUM SÓ!
Surgindo do mar, da terra, da vida, da esperança, a fé e o Amor Universal.
- "Agora sim são o Yin e Yang , agora sim há paz, harmonia e amor" ... e seguiu
caminhando pela terra procurando outros e outros e outros e outros, muitos mais,
iguais às Duas Árvores do Bosque.
YIN E YANG . Eterna busca de harmonia.
O ser humano envolto em vaivéns de amor e ódio, de bondade e maldade, de sis e
nos.
Se procuramos o equilíbrio dentro de nós mesmos, ali encontraremos "As Duas
Árvores".
Muitas vezes em nossa vida precisamos de um furacão para encontrar a HARMONIA.
Ludy Mellt Sekher ©
O BOSQUE
I.S.B.N. 2.345.930.N
©Ludy Mellt Sekher
©Editorial LMS
Montevideo Uruguai
CONTRATAPA
Todas as coisas e todos os fenômenos têm dois aspectos: um aspecto Yin e um
aspecto Yang. Isto se acha diretamente unido à impermanencia do mundo
manifestado, à alternância dos contrários, e representa o fundamento mesmo do
movimento perpétuo do universo. Nenhum fenômeno persiste eternamente em sua
natureza particular.
Os critérios da vida se definem em comparação com a morte. O alívio só se
percebe em relação com a dor, a felicidade em relação com a infelicidade, o dia
em relação com a noite. O movimento só é apreciável em referência à imobilidade.
Por conseguinte, o espaço, o tempo, a natureza, a condição humana e todos os
fenômenos perceptíveis – já sejam abordados pela ciência, a filosofia, a arte ou
qualquer dialética fundada na dualidade – podem expressar-se em termos de Yin /Yang.
No Bosque, Ludy Mellt Sekher interpreta magistralmente essa dualidade e esse
equilíbrio.
O e Ela, Homem e Mulher, Vida e Morte,
Raízes e Asas...
YIN E YANG
¡Atreve-te a ingressar no Bosque da Vida!
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Diana Elizabeth Stanley
(Extrato do livro "O Bosque"
de Ludy Mellt Sekher)
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