Deseo agradecer de todo corazón la presencia insustituible de cada uno de ustedes en mi vida, mis páginas, y mucho más la compañía y el apoyo que me han prestado.
A todos ustedes; amigos, miembros, y compañeros de tarea debo decirles que he hecho un balance de todos estos años y he comprobado que soy infinitamente rica, inmensamente cuidada y he sentido el cariño verdadero que me han brindado.
Como también deseo que todo el trabajo que he hecho en estos ocho años, haya servido para llevarles paz, amor, armonía, descanso y apoyo a vuestras vidas.
Hemos logrado entre todos una condición innata de armonización; natural, silenciosa, sabia; una gran fuerza. Una fuerza tan poderosa que pudo unir pueblos, establecer buenas relaciones, aumentar la productividad de nuestras almas. La Paz no es entre nosotros una simple palabra romántica; es un orden, una ley natural que rige en nuestro interior y en nuestra Universalidad.
Aquí la serenidad esta disponible para todos.
Y para este nuevo año que iniciamos deseo fervientemente que:
En el simple acto de vivir podamos entregarnos al silencio interior, al desenvolvimiento del amor dentro de nosotros mismos, y bastará para que una nueva conciencia se instale, transformando las dificultades del día en limpios actos de enseñanza y aprendizaje.
Que en el muchas veces difícil arte de ser comprendido; no le permitamos a la mente dar muchas vueltas, transformando momentos de paz en pura confusión.
Que con un poco de atención a nuestra esencia podamos descubrir todos los secretos, los misterios de la mente y del espíritu.
Que en el silencio interior podamos siempre juntos encontrar muchas y todas las respuestas.
Que con el amor podamos restaurar nuestra alegría y nuestro bienestar.
Que en la paz interior tengamos la serenidad para una relación armónica con la vida. Que la Paz sea realmente armonía, serenidad y sabiduría.
Que si buscamos esa paz, sigamos el camino para recordarnos, para recordar nuestras características divinas y enseñar el camino recorrido para que nosotros mismos no lo olvidemos.
Que otorguemos la abundancia de los colores que traemos dentro, la alegría que viene de nuestro mirar, la calma que viene de nuestro corazón.
Que demos nuestro conocimiento, brindemos nuestra fuerza de voluntad, enseñando así a todos los hermanos a crecer, sin pretendernos maestros.
Que jamás compartamos lo pequeño, la miseria, la escasez, el rencor, la envidia y el ego, la incomprensión y la maldad.
Que dispensemos nuestra luz a los que sólo vislumbran la oscuridad.
Que demos agua a los que tienen sed.
Que proporcionemos calor a los que sienten frío.
Que surtamos de comprensión y esperanza a los que creen estar perdidos.
Que despertemos la alegría a los que estén tristes, para que estemos cada vez más presentes en nuestra plenitud, en nuestra luz, en nuestra sabiduría, en nuestra fe.
Que permitamos a nosotros mismos la bendición de estar en paz delante de serios problemas; delante de ríos que se sequen por falta de buenas lluvias, delante de montañas donde el verde no esté presente, delante de nubes oscuras que cubran el sol de cada día.
Que dentro de nosotros haya luz suficiente para abrir caminos y restablecer el equilibrio, renovando así la necesidad de la armonía interior.
Que aunque nada podamos hacer o no queramos hacer por nosotros mismos, esta luz que está presente en nuestro ser actúe renovando las energías.
Que esta luz sea la causa de nuestra constante evolución.
Que el único trabajo que tengamos que hacer, sea darle permiso a esta luz que nos acompaña y ella nos dará todo lo que necesitemos para estar en paz, verdaderamente en paz. Y así daremos alegrías a Aquel que está guiando cada paso que damos, a Aquel que nos enseñó a todos por igual y que nunca nos pidió nada más que:
“Amaos los unos a los otros como yo los he amado”.
Y Así....¡BIENVENIDO SEA ESTE NUEVO AÑO DE LABOR!

Con amor para todos mis amigos y la Humanidad
Ludy Mellt Sekher

"En cualquier momento,
en cualquier lugar,
bajo cualquier circunstancia;
si me necesitas,
¡Cuenta conmigo!"
Ludy Mellt Sekher