Querida Madre y Guía Espiritual!
Permíteme que te transmita el Milagro que está sucediendo en Tí,
que hasta hoy desconocías, y que, desde hoy, va a cambiar nuestras Vidas.
Hace apenas dos meses, cuando crucé el umbral de tu Castillo, algo en mí sucedió
y que hasta no había comprendido. Algo, dentro de mí, empezó a brotar y crecer,
pero sumido en la Gran Paz y Amor que desprenden las Alas de tu Castillo, no
alcanzaba a comprender el Milagro que se estaba produciendo.
Ayer, cuando leí tu E-mail, lo comprendí todo: estaba creciendo dentro de Tí.
Unido a Tí por un Mágico Cordón de Vida Celestial, voy alimentándome del Sabio y
Sagrado Alimento que fluye de cada Ala de tu Castillo, llegando a cada célula de
mi ansioso cuerpo por crecer. Como niño que llevas en tu vientre (Castillo),
recibo de Tí todo el Amor que transmite una Madre. Toda la Seguridad que me da
la gran certeza de estar en tus manos. Toda la Paz que percibo de tu Sabiduría y
Experiencia. Toda la Esperanza de saber que Tú, no sólo me has enseñado donde
está el camino, sino que eres el Camino.
¡Mírame!
Contempla la Maravilla que está creciendo dentro de Tí, cada vez que visito tu
Castillo. Dentro de siete meses, este Ser estará brotando de tu interior, y que
para entonces ya habrá recogido todo el Alimento Divino que fluye por las Alas
de tu Castillo, nacerá a una nueva Vida, y Tú, Madre:
* Serás mi Escudo, en mis momentos indefensos.
* Serás mi Guía, en el momento de partir por el nuevo sendero a recorrer.
* Serás mi Aliento, en mis momentos de cansancio.
* Serás mi Alivio, en mis momentos de dolor.
* Serás mi Luz, en mis momentos de oscuridad.
* Serás mi Sonrisa, en mis momentos de alegrías.
* Serás mi Madre, mi más Preciado Tesoro.
Ardo en deseo de mirar y sentir el brillo de tus ojos. Me conmuevo al pensar que
la fuerza y el calor de tus brazos me abrazarán algún día. Sí..., aún no lo
sabes, pero crezco dentro y aferrado a Tí, soy tan tuyo como lo es la Sal al
Mar. Pronto, muy pronto, serás Madre y éste, tu nuevo Hijo, te consagra su Amor
para el resto de su Nueva Vida.
Con todo mi Amor de Hijo, para Ludy Mellt Sehker.
Manuel Quevedo Ojeda.
