La Esencia del Caballero de Plata
"Soy sólo un Buscador que
vive entre muertos en vida,
dormidos en la ilusión.
¿Hay algún buscador aquí?
¿Hay alguien que explora, como yo,
en las cavernas subterráneas de la vida?
¡Caballeros y esposos de la Dama,
raza inmortal y autónoma,
los sin rey, buscadores del Grial Sagrado,
señores de ambos poderes,
conocedores del secreto de las tres puntas del triángulo!
Cabalgaré con mi pulida armadura,
implacable,
no con los demás, sino conmigo mismo,
en la búsqueda del Grial interior.
Mis secretos sólo serán comprendidos
por aquellos Caballeros Buscadores.
Como el Maestro, hablaré en parábolas,
aunque para aquellos que escuchan,
enseñaré Caminos.
Mi Primer Secreto es la
Destrucción, y el Ajusticiamiento del Cielo,
la eliminación implacable de las grises nubes
que oscurecen al Sol y dificultan mi Camino.
Mi espada nunca tiene sed de venganza,
ya que son buenas maestras en lo suyo.
Mi Segundo Secreto está
en el beso a mi bella dama,
caminando al límite
de la línea,
volviendo justo a tiempo,
centrando mis energías
todas en el pulido de mi armadura y mi espada.
Mi Tercer Secreto
de caballero
es la persistencia en la Luz,
que sólo llega después
de combatir
nubes y pulir armaduras."
A continuación, el Mago Gaminoratos
(guía del Caballero de Plata),
lo describe:
El Caballero de Plata
Galopas erguido en tu blanco corcel.
¿Hacia dónde diriges tu misteriosa mirada?
¿Tentaciones de reyes serán tu fortuna?
¿O acaso la piel de una hermosa mujer?
Más bien adivino, que por tu mirada,
hacia algo más profundo has de amanecer.
Incasable vas, superando caminos,
no manchas tu espada con sangre brutal,
no te importa el oro, el ámbar ni el vino,
¡Cómo tu mirada quisiera adivinar!
Tu espada de plata, en su puñal tu mano,
aquella forjada con finos cuidados.
Supiste ganarla, en dura batalla,
no por codiciarla, sino por tu afán,
al recorrer caminos que hacia ella van.
Y después del premio, iniciado fuiste,
en la valerosa orden de los tiempos.
Pero sin embargo, ni un reto quisiste,
que no consistiera en cabalgar
por aquel camino, que tu adivinaste.
Pocos los llamados, casi nadie va.
Y es por eso que solo, cabalgaste siempre.
Sólo con tu Dama en la mente vas,
Buscando la Gloria que buscan los otros,
también caballeros...
aunque sus yelmos cerrados están.
¡Ya hallarás la Gloria, valeroso caballero!
Ya hallarás los ríos que van hacia el mar.
Ya sabrás caminos, usarás tu espada,
y darás al bosque la Luz que hoy no está.
Luis Alberto Vence
|