Sekher Castle of Ludy Mellt Sekher

 



 LAS LEYES DEL KARMA

Por Edgar Jerezano (ToRaSYaH)

ejaz@prodigy.net.mx

 






Muchas personas se sienten atraídos al budismo por la doctrina del Karma porque ésta explica cosas como las diferencias individuales entre los seres humanos y, también, porque las buenas personas sufren en esta vida.
El Karma no es justicia moral. Si uno considera la ley de Karma como justicia moral, entonces está sugiriendo que alguien está sentado juzgando a los seres. No hay nadie que juzga las acciones de los seres; la ley del Karma simplemente existe. Así como Karma no es justicia moral tampoco es premio y castigo. De acuerdo a la ley de Karma, si uno realiza buenas acciones, uno obtiene buenos resultados; y si uno realiza malas acciones, uno obtiene malos resultados. Sin embargo, los buenos y malos resultados no están dados por alguien y no están dados como premio o castigo. El Karma es una ley moral que no requiere un legislador; es una ley que opera naturalmente.
Las desigualdades entre los seres humanos (las diferencias individuales entre la gente) han preocupado a muchos pensadores en el pasado y también en el presente.
Durante el tiempo de Buddha, había un brahmán llamado Todeyya. Él era un hombre muy rico, un millonario. Pero no creía en la generosidad, en dar. Él decía: "Si uno da, se empobrece; por lo tanto no hay que dar nada." Fue tan mezquino que se enriqueció y murió millonario. Pero el apego a sus riquezas fue tal que, después de morir, renació como un perro en su propia casa. Un día, Buddha visitó la casa y cuando el perro lo vio, le ladró. Buddha dijo: "¡Oh!, Todeyya, usted se mostró irrespetuoso cuando fue ser humano y ahora usted muestra falta de respeto al ladrarme. Usted renacerá en el infierno." Cuando Buddha dijo esto, el perro pensó: "¡Oh!, el monje Gotama me conoce." Y se sintió tan deprimido que se fue a acostar sobre una pila de cenizas.
El brahmán tenía un hijo llamado Subha, y el perro, su padre, era su favorito. Él tenía preparado un lugar especial para el perro, y vio que el perro había ido a acostarse sobre la pila de cenizas. Subha se sintió alarmado. Alguien le informó que Gotama le había dicho algo al perro que deprimió al animal. Entonces, Subha fue a Buddha y le preguntó sobre esto. Buddha le dijo lo que había ocurrido. Subha se dijo a sí mismo: "De acuerdo a las enseñanzas de los brahmanes, mi padre debería haber renacido como un Brahma (dios). Pero Gotama me ha dicho que él ha renacido como un perro. Gotama habla imprudentemente." Y Subha decidió argüir con Buddha. Buddha preguntó por riquezas no reveladas por su padre y Subha respondió que, realmente, una gran cantidad de dinero estaba faltando y que su padre no había revelado donde estaba. Buddha le dio instrucciones de alimentar al perro por la noche, cerca de la hora de dormir y luego preguntarle dónde estaban las riquezas. Subha pensó que si lo que Buddha decía era verdad, él recobraría las riquezas; si era falso, lo acusaría de mentir.
Subha alimentó al perro a la hora de dormir y le preguntó sobre las riquezas no reveladas. El perro se levantó y lo llevó al lugar donde las riquezas estaban escondidas. Subha cavó y recobró el tesoro.
Después Subha fue a ver a Buddha y le preguntó porque las personas son diferentes, porque algunos tienen larga vida y otros vida corta. También interrogó porque algunos son enfermos, propensos a la enfermedad, y otros sanos; porque algunos son feos y otros bellos; porque algunos tienen muchos amigos y otros pocos; porque algunos son ricos y otros pobres; porque algunos nacen en circunstancias favorables y otros no; porque algunos nacen muy inteligentes y otros no.
Buddha respondió a sus preguntas: "¡Oh!, joven, los seres son propietarios de sus acciones, herederos de sus acciones, tienen las acciones como sus padres, sus familiares, su refugio. Las acciones dividen a los seres en inferiores y superiores." Buddha dio esta corta respuesta, pero Subha no comprendió. Entonces, Buddha elaboró sobre la ley de Karma.
A algunos seres les gusta matar y tienen el hábito de matar a otros seres. Después de la muerte, ellos renacen en los cuatro planos del sufrimiento (mundo animal, espíritus, demonios e infierno). Pero si ellos renacen como humanos, sus vidas son cortas. Aquellos que no matan seres, que tienen compasión hacia ellos, podrían renacer en el mundo de las devas (divinidades). Si renacen como humanos, sus vidas son largas.
Buddha luego explicó sobre la enfermedad y la salud. Algunos causan daño a otros seres, les gusta causar daño. Debido a esto, renacen en los cuatro planos de sufrimiento. Pero si renacen como humanos, son enfermizos, propensos a la enfermedad. Aquellos que no causan daño a los demás, renacen como devas; y si renacen como humanos, están dotados de buena salud.
¿Por qué algunos son feos mientras que otros son bellos? Buddha explicó que algunas personas se enojan muy fácilmente, y debido a este enojo, renacen en los cuatro planos de sufrimiento. Pero si ellos renacen como seres humanos, son feos. (El enojo lo hace feo a uno; cuando esté enojado, mírese en el espejo y vea cuán bello o feo usted es.) Algunas personas no tienen enojo, no se enojan fácilmente, y tienen pensamientos de amor o metta hacia la gente. Estas personas renacen como devas; y si renacen como humanos, ellos son bellos. Entonces, si desea ser bello, al menos en la próxima existencia, controle su enojo ¡no se enoje!
¿Por qué hay personas que no tienen amigos y otros que tienen muchos? Algunos son celosos, y debido a los celos, renacen en los cuatro planos de sufrimiento. Pero si renacen como seres humanos, ellos tienen pocos o ningún amigo. Aquellos que no son celosos renacen como devas; y si renacen como seres humanos, tienen muchos buenos amigos. Nosotros podemos decir, de acuerdo a la ley de Karma, que aquellos que no pueden tener amigos fueron celosos en las existencias pasadas.
¿Por qué hay personas ricas y otras pobres? Algunos son mezquinos, no quieren dar nada. Siendo mezquinos, no siendo generosos, ellos renacen en los cuatro planos de sufrimiento. Pero si renacen como humanos, ellos son pobres. Aquellos que dan y son generosos serán ricos. Entonces, si desea ser rico, ¡DE!
Buddha también explicó porqué algunas personas nacen en buenas circunstancias mientras que otros nacen en circunstancias desafortunadas. Algunos son muy orgullosos, desprecian a otras personas, tienen poco respeto hacia los demás. Debido a este falso orgullo, tales personas renacen en los cuatro planos de sufrimiento; pero, si renacen como humanos, ellos renacen en circunstancias desfavorables. Aquellos que no tienen falso orgullo, que tienen humildad, renacen como devas. Si renacen como humanos, en este caso, lo hacen en circunstancias favorables.
¿Por qué hay personas que son estúpidas y otras inteligentes? Buddha explicó que algunos no tienen deseo por el conocimiento, no tienen deseo de hacer preguntas, no tienen deseo de conocer sobre la naturaleza de las cosas. Sin conocimiento de la conducta correcta, estas personas ignorantes realizan malas acciones y de esta forma podrían renacer en los cuatro planos de sufrimiento. Si ellos renacen como humanos, son estúpidos. Aquellos que desean conocimiento, que hacen preguntas sobre la naturaleza de las cosas, renacen en el mundo de los devas. Pero si ellos renacen como humanos, son inteligentes. Entonces, si desea ser inteligente en la próxima existencia, no vacile en hacer preguntas.
Buddha dio estas respuestas a las preguntas de Subha. De acuerdo a la ley de Karma podemos inferir sobre las vidas pasadas de las personas. Buddha dijo que los seres son los propietarios de sus acciones, propietarios de su Karma. Sólo el Karma es su propiedad, nada más. El Karma es una tema muy importante en el budismo.


¿Qué es el Karma?
Buddha dijo: "¡Oh!, monjes, es la volición (voluntad, intención) lo que llamo Karma."
El sentido popular de Karma es acción o hacer, pero como término técnico, Karma significa volición, voluntad, o intención. Cuando uno hace algo, existe la volición - intención detrás de la acción, y esa volición, el esfuerzo mental, se denomina Karma. Buddha explicó que, habiendo deseado, uno después actúa con el cuerpo, las palabras y la mente. En cualquier cosa que uno hace, hay algún tipo de Karma, esfuerzo mental, voluntad, volición. La volición es uno de los cincuenta y dos factores mentales que surgen junto con la conciencia.
Cuando uno hace algo, como una ofrenda a Buddha, hay volición que lo induce a uno a dar, y esta volición se denomina Karma. En consecuencia, el Karma es la causa y no el efecto. Algunos dicen que Karma significa la causa, las acciones, y también los efectos. Pero en el Budismo Theravada, Karma nunca significa el efecto o el resultado. Karma significa únicamente la causa.
Uno realiza Karma aquí y ahora, pero los resultados podrían ser experimentados en esta existencia, en la próxima o en alguna existencia después de la próxima.
El Karma, la volición o la intención tiene la potencialidad de dar resultados, y esta potencialidad es de una fuerza tremenda. El Karma no se extingue con la vida presente, continúa después y después. Pero nosotros no podemos decir que el Karma se almacena en alguna parte de nuestro cuerpo o conciencia porque todo es impermanente y está continuamente cambiando. El Karma es también impermanente y por lo tanto desaparece, pero deja su potencialidad en la continuidad de los seres de tal forma que, cuando las circunstancias son favorables para que aparezcan los resultados, éstos aparecen. De la misma manera, podemos decir que un árbol tiene la potencialidad de dar frutos. Al comienzo no hay frutos en el árbol, pero oportunamente dará frutos.
El nombre técnico para los resultados del Karma es vipaka, que llamamos fruto del Karma. El Karma, la volición o intención del pasado deja la potencialidad de dar frutos o vipaka en el presente. Pero el Karma pasado no influencia la volición presente. Nuestras reacciones a los resultados pasados producirán buenos o malos resultados en el futuro, dependiendo de la naturaleza de la volición. Si reaccionamos con lo que denominamos correcta atención, el resultado o fruto futuro será bueno. Pero si nuestra reacción es con incorrecta atención, el resultado o fruto de tal volición en el futuro será malo. Entonces, uno no puede hacer mucho con respecto a los frutos del Karma pasado, pero uno puede reaccionar con respecto a estos frutos con correcta atención y por lo tanto tener buenos resultados en el futuro. La correcta atención nos permitirá realizar buen Karma mientras que la incorrecta atención producirá mal Karma. Los resultados o frutos futuros dependen de nuestra volición o Karma en el presente.
El Karma se clasifica en diferentes grupos y clases. Una de las clasificaciones del Karma es en buen Karma y mal Karma. Hay diez tipos de buen Karma, diez buenas voliciones o acciones. Son buenas porque están asociadas con buenos estados mentales, buenos componentes mentales y dan buenos resultados.
El primer buen Karma es generosidad o dar. Practicamos generosidad porque dando lo que tenemos a los demás adquirimos mérito. Este Karma dará resultados en las vidas futuras. La generosidad también nos ayuda a practicar desapego. Cuando la mente está libre del apego, conocido como lobha, es pura, limpia, tranquila. De esta forma, se estimula a las personas a practicar generosidad, lo más posible.
El segundo buen Karma es actuar con ética. Significa tener principios y observarlos. Para los budistas laicos, los cinco preceptos son el requerimiento mínimo: no matar, no robar, no tener conducta sexual inapropiada, no mentir y no tomar alcohol e intoxicantes. Durante los retiros agregamos tres preceptos lo que hace un total de ocho. Los tres preceptos adicionales son abstenerse de comer después del mediodía, abstenerse de escuchar música y usar adornos y abstenerse de usar camas o sillas altas y lujosas. La impecabilidad, conocida como sila, es la base del Samadhi o meditación.
El tercer buen Karma es meditación, cultura mental. Este es el mejor Karma que uno puede realizar en esta vida: practicar meditación.
El cuarto buen Karma es reverencia, dar respeto a los demás, especialmente a los mayores. En Oriente es la costumbre que las personas jóvenes den respeto a los mayores. De esta forma, la relación entre los padres y los hijos, la relación entre los maestros y los estudiantes, se gobierna por las leyes de la reverencia.
El quinto buen Karma es servicio, hacer algo bueno por los demás como ayudar a una señora a cruzar la calle o ayudarla con las cosas pesadas. Otro tipo de servicio es aquel que damos al Buddha, a la Doctrina (dharma) y a la Comunidad (shanga). Cuando uno limpia o trabaja en el monasterio, éste es un muy buen servicio.
El sexto buen Karma es compartir méritos. Cuando uno ha adquirido méritos, uno debe compartir estos méritos con otros seres. Compartir méritos es un mérito en sí mismo y nosotros compartimos méritos con todos los seres. Compartir méritos no significa que damos una porción de nuestros méritos a otros seres. Significa que les damos la oportunidad de adquirir méritos por ellos mismos. Una vez un hombre le preguntó a un Pacceka Buddha si el mérito compartido con otros disminuye. El Pacceka Buddha respondió: "Si usted tiene una vela y con ésta enciende otra vela, la luz de la primera vela no disminuye cuando enciende la otra. De hecho brilla más con la ayuda de la nueva vela encendida. De la misma forma, cuando comparte méritos, sus méritos no disminuyen sino que aumentan porque uno adquiere nuevos méritos."
El séptimo buen Karma es regocijarse de los méritos de los demás. Esto significa decir: "sadhu, sadhu, sadhu," lo que quiere decir "muy bien," cuando los demás realizan acciones meritorias. Cuando otras personas comparten méritos con usted, dice: "sadhu, sadhu, sadhu" Esto significa que se regocija de los méritos de ellos y regocijándose de sus méritos, usted obtiene méritos.
El octavo buen Karma es escuchar el Dharma (Doctrina). Es un buen mérito, una buena acción. Escuchando el Dharma, uno comprenderá la Doctrina y cuando esto ocurre usted puede evitar acciones insanas y en su lugar realizar acciones sanas. Y relacionado con el octavo buen Karma es el noveno, enseñar el Dharma, dar charlas sobre la Doctrina. Entonces, tanto ustedes como yo ahora estamos realizando un buen Karma.
El décimo y último buen Karma se denomina rectificar nuestras concepciones. Esto significa tener el conocimiento de que el Karma es enteramente nuestra propiedad, que nosotros únicamente somos los propietarios de nuestras acciones y que nadie más es responsable de nuestras acciones, nuestro Karma.
Así tenemos estos diez buenos Karmas. En realidad pueden ser agrupados en tres: generosidad, moralidad y meditación. Dar respeto y servicio se incluyen en la moralidad; compartir méritos y regocijarse de los méritos de los demás se incluyen en la generosidad o dana; escuchar el Dharma, enseñar el Dharma y rectificar nuestras concepciones se pueden clasificar como meditación o cultura mental.
Veamos ahora los malos Karmas. Los malos Karmas son aquellas acciones que dan malos resultados, acciones que están asociadas con estados mentales insanos.
El primero de estos malos Karmas es matar, matar seres. El segundo es robar, tomar aquello que no nos ha sido dado. El tercero es conducta sexual inapropiada. El cuarto es mentir. El quinto es calumniar, difamar (hablar mal del ausente). El sexto es lenguaje áspero, palabras abusivas, todo es mal Karma. El séptimo es lenguaje frívolo, lenguaje infructífero que no tiene valor o sentido. El octavo es desear poseer aquello que es propiedad de los demás. En pali, nosotros llamamos esto visama lobha, lo que significa apego distorsionado. Este no es el apego que uno tiene por la propiedad de uno mismo, es desear poseer la propiedad de otra persona y es una muy mala forma de apego. El noveno es mala voluntad; es desear herir a las personas, causar daño a los demás. Finalmente, el décimo mal Karma es concepción errónea. La concepción errónea es tener la creencia de que las cosas son permanentes, satisfactorias y que poseen un alma o sustancia.
Éstos son los diez malos Karmas que dan malos resultados y que debemos evitar si nosotros no deseamos estos resultados. Abstenerse de estos Karmas es un buen Karma; abstenerse de matar, robar y de los otros malos Karmas es en realidad un buen Karma. Debemos tener conocimiento de la ley de Karma, el conocimiento de que el Karma es enteramente nuestra responsabilidad. Esto es muy importante en el budismo y es uno de los buenos Karmas denominado rectificar nuestras concepciones.
Tener conocimiento de la ley de Karma es conducente a la tranquilidad, uno de los siete factores de la iluminación. Uno no puede hacer nada para cambiar el Karma del pasado. Uno debe soportar aquello que merece como resultado de las voliciones pasadas, el Karma pasado.
Reflexionar sobre el Karma es una buena forma de eliminar el resentimiento. Usted reflexiona: "Yo he renacido aquí como resultado de mi propio Karma y la otra persona ha renacido aquí por la misma razón y no hay nada que pueda hacer sobre esto. Pero si siento resentimiento hacia la otra persona, estoy realizando un nuevo Karma akusala (insano), que me dará malos resultados en los cuatro estados de sufrimiento." Reflexionando de esta forma, puede eliminar el resentimiento.
El conocimiento del Karma también promueve que uno dependa de uno mismo. Debido a que el Karma es nuestra propiedad, uno es el arquitecto de su vida. Uno debe depender de uno mismo, no de los demás, para obtener buenos resultados; es uno mismo el que debe realizar buen Karma. Y debido a que los seres obtienen los resultados de acuerdo a su propio Karma, no hay nadie que los pueda ayudar para obtener estos resultados. Y además de depender de uno mismo, el conocimiento del Karma, enseña responsabilidad individual. Nosotros somos responsables de nosotros mismos, y cualquier cosa que tenemos o hemos hecho en esta vida, sólo nosotros somos responsables de esto. Cuando nos encontramos con buenas circunstancias, esto es el resultado de lo que hemos hecho en el pasado. De la misma forma, cuando nos encontramos en circunstancias desfavorables, nosotros somos responsables.
Entonces, si uno desea obtener buenos resultados, uno sólo necesita realizar buen Karma en esta vida. De esta manera, el conocimiento del Karma da consuelo y esperanza porque nosotros podemos confiar en nosotros mismos para dar forma a nuestras vidas futuras realizando buen Karma aquí. Así el Karma no es destino, porque podemos evitar los resultados del mal Karma realizando buen Karma en esta vida. No tenemos que temer de alguien que nos juzgue o que nos pueda enviar al infierno. De acuerdo al budismo, nadie nos puede enviar al infierno, únicamente nosotros mismos; pero también nos podemos enviar al mundo de las divinidades.
Conocer y creer en la ley de Karma es un requerimiento básico para ser budista. Taungpulu Sayadaw hizo hincapié en este punto. Con esta creencia y conocimiento, uno realiza acciones meritorias; y estas acciones meritorias son las mejores acciones meritorias si se realizan teniendo en mente el conocimiento del Karma y sus resultados. Si uno trae a la mente el conocimiento del Karma cuando realiza acciones meritorias, se dice que éstas tienen tres raíces sanas, no apego, no enojo y no ignorancia. Cuando las acciones meritorias están acompañadas por tres raíces sanas, darán resultados en las vidas futuras y uno renacerá como un ser dotado con estas raíces. Aquellos que renacen con tres raíces sanas tienen la capacidad de alcanzar el Nirvana en la existencia presente. Así es muy importante tener conocimiento del Karma en el momento de realizar acciones meritorias.
Pregunta: ¿Podemos nosotros escapar de los efectos del mal Karma?
Respuesta: Hay diferentes tipos de Karma. Algunos dan resultados en la próxima existencia, otros en las existencias subsiguientes. Aquellos que dan resultados en las existencias futuras es un depósito de Karma que todos poseen. Nosotros hemos estado atravesando este samsara (ciclo de nacimiento y muerte) por muchos eones y hemos realizado muchas cosas buenas y muchas cosas malas. Algunos de estos Karmas ya podrían haber dado resultados, pero algunos podrían no haber dado resultados. Tanto los buenos Karmas como los malos Karmas están, en cierta forma, esperando la oportunidad para dar resultados. Los malos Karmas dan resultados cuando hay circunstancias favorables para que estos ocurran. Si uno realiza un mal Karma aquí (en esta existencia), el mal Karma del pasado tiene más posibilidad de dar resultados cuando uno realiza un nuevo mal Karma. Pero si uno realiza buen Karma aquí y ahora, uno puede bloquear, pero no erradicar totalmente, el mal Karma del pasado. Ésta es la razón por la cual uno debe realizar acciones meritorias. Buddha, una vez, explicó esto en forma de símil. Si uno pone una cucharada de sal en una taza de agua, el agua sabrá salada. Pero si uno pone la misma cantidad de sal en un lago, el agua no sabrá muy salada. De esta forma, cuando uno tiene una gran cantidad de buen Karma, uno puede contrarrestar o diluir los efectos del mal Karma. Sólo cuando uno alcanza el estado de Arahant, puede erradicar completamente los efectos del Karma. Pero nosotros podemos bloquear los efectos del mal Karma aquí realizando buenas acciones. Realizando buenas acciones, hacemos que las circunstancias sean desfavorables para que el mal Karma del pasado de resultados.
Pregunta: ¿Los estados mentales negativos como el enojo o la mala voluntad dan siempre malos resultados?
Respuesta: Sí. Pero los resultados varían de acuerdo a la intensidad del enojo o el odio. A veces el enojo o la mala voluntad es débil, pasajero, en este caso los resultados no son muy pronunciados. Pero a veces la intensidad es tal que uno mata a alguien y como motivo de esta acción experimenta muy malos resultados. En los libros se menciona que matar una vaca es peor que matar un perro o un gato porque para matar una vaca se requiere mucho esfuerzo porque es más grande. Cuando el ser muerto es de poca moralidad, los malos resultados son menores. Si una persona mata a alguien que es muy malvado, el Karma akusala no será tan malo como el que resultaría si esa persona mata a una persona virtuosa. Entonces de acuerdo a la moralidad (sila) de la persona que se mata y de acuerdo al esfuerzo requerido para cometer el acto, los resultados varían. Hay diferentes grados de Karma kusala y Karma akusala que dan distintos tipos de efectos.
Los 12 eslabones del karma que forman la Rueda del Samsara son: de la ignorancia (1) dependen las formaciones mentales (2); de las formaciones mentales depende la conciencia (3); de la conciencia depende la mente y la materia (4); de la mente y la materia dependen las seis bases de los sentidos (5); de las seis bases de los sentidos depende el contacto (6); del contacto depende la sensación (7); de la sensación depende el deseo (8); del deseo depende la adherencia (9); de la adherencia depende la existencia (10); de la existencia depende el nacimiento (11); y del nacimiento dependen la vejez y la muerte (12).
La ley de Karma dice que los seres obtienen aquello que ellos merecen, pero esto no significa que nosotros no debemos ayudar a las personas o que no debemos ayudar a aliviar su sufrimiento. Tanto como podamos, debemos hacer lo posible para aliviar el sufrimiento. Pero si no podemos aliviar el sufrimiento, debemos comprender que la causa del sufrimiento es el Karma y cultivar compasión. La compasión o karuna es una buena cualidad para cultivar, pero mientras cultivamos karuna podríamos sentir enojo. Por ejemplo, algunas personas quieren ayudar a los animales que se usan en los laboratorios para experimentos. Pero mientras ayudan a esos animales, algunos también están cultivando enojo y odio hacia las personas que realizan los experimentos. Cuando practicamos karuna, debemos tener cuidado de no cultivar estados insanos. Si tenemos enojo, ya no estamos practicando karuna.

LA RETRIBUCION KARMICA
Una vez alguien escribió acerca de un viaje y mencionó, que en la entrada desde el norte a Hong Yueh Hsiang Jiang*1 encontró la Torre del Retorno de los Gansos con una inscripción que dice: "De repente, en medio de un profundo sueño, toca una campana; aunque todo parezca tan encantador, despertamos. Es cierto, los gansos se van y vuelven, también nosotros pasamos la vida de ida y venida; no importa si nos agrade o no, también nosotros tenemos que retornar."
Esta inscripción tiene un significado profundo y está lleno de sabor a Zen. Al repetirla varias veces siento que estas palabras despiertan directamente la mente humana. Memoricé este verso y lo uso como una constante advertencia. De hecho, la vida es un sueño largo con todo tipo de coloridas ilusiones - como flores místicas que caen del firmamento, de todos los colores y variedades. Quisiera preguntar a la gente: ¿Cuando van a despertar? y también recordarles, a donde tendrán que retornar.
Este verso me recuerda a la retribución kármica mencionada en los textos budistas. El Budismo habla acerca de la Ley de Causa y Efecto. Esto es la ley del Karma. El Karma es el producto de nuestras intenciones. Nuestras intenciones producen Karma bueno o Karma malo. Las semillas del Karma se siembran en la conciencia llamada Alaya*2. Los frutos de estas semillas se manifestarán posteriormente en ciertas condiciones que correspondan a ellos. En el momento en que se manifiesten, la retribución kármica será siempre justa y recta. Los que obran bien cosecharán buen karma y los que obran mal, cosecharán mal karma. Esta es la Ley del Karma. Una gatha*3 en el Samyuktagama dice:
Cosecharás aquellas frutas,
cuyas semillas sembraste;
los que siembran obras buenas, cosecharán frutas buenas;
los que siembran obras malas, cosecharán frutas malas.
Saborearás el sabor de aquellas frutas,
cuyas semillas sembraste.
A mucha gente no le gusta oír sobre la retribución kármica. Ellos creen que ahora estamos en la era moderna y que estas son historias antiguas, que aconsejan realizar obras buenas. ¡Qué gracioso! Sin embargo, me parece que la lógica en la presente era científica es justamente la Ley del Karma. No se trata de meras historias que aconsejan el bien, tampoco es una simple teoría. Mas aún, no es un asunto de niños, sino un tema muy serio.
En un nivel muy profundo de análisis, la teoría Budista Tibetana de los Seis Reinos de Transmigración se deriva de la Ley del Karma. La teoría de los Seis Reinos de Transmigración obedece a la lógica, que es el corazón de toda la ciencia. La ciencia en todos sus niveles se atiene a la lógica. Noto que en la prensa de la sociedad de ahora, aunque aplauden lo correcto y pregonan lo malo, en general degradan toda filosofía religiosa desde el punto de vista de la ciencia. Es más, algunos simplemente usan la llamada "era científica" como evidencia para negar la filosofía de la retribución kármica. Si la retribución kármica no existiera, qué diferencia habría entre un hombre y un animal? Sin las regulaciones de la retribución kármica existiríamos en un mundo de caos.
Me recuerdo de un verso del famoso poeta Su Tong Po, que dice: "¿Con qué se puede comparar nuestro andar por la vida? Se parece al paso de una grulla por un camino de lodo ligeramente congelado; en ocasiones un trozo de uña queda pegado en el lodo, pero, una vez que la grulla levanta el vuelo, no se preocupa más por los trozos que se quedaron."
La era científica - ¿es eso lo que todo el mundo admira? La vida realmente se parece más a lo que Su Tong Po describe en su verso: Al paso de una grulla por un camino de lodo ligeramente congelado. La ciencia puede haber traído muchos beneficios al hombre, pero también originó grandes desastres. Si a la larga la ciencia produce buena o mala fortuna, es difícil de predecir.
Veo la vida como una nube de humo, que se eleva lentamente delante de mis ojos. A veces el humo se concentra en una sola nube, a veces se dispersa hacia todas direcciones. En algunas partes el humo es blanco, en otras amarillo y también a veces gris y rojo. En ocasiones, lleno de ilusión, uno teje un sueño feliz, en otras, lleno de pesadez, uno desciende a un profundo abismo. En ocasiones es muy difícil decir, si un sueño es dulce o si es una pesadilla. De momento uno se despierta de un profundo soñar; los bellos sueños no duran mucho.
Había una vez un hombre de edad madura, que vino a verme. El no creía en la Ley del Karma.
- "Sr. Lu, ud. es absurdo."
- "No sé qué decir para hacerle comprender", le dije.
El argumentó: "Es muy obvio que muchas personas que cometen fechorías no reciben una retribución kármica correspondiente. Pero a personas buenas les suceden muchas cosas malas. ¿Qué tipo de retribución kármica es esta?"
- "Realmente no sé qué decirle."
- "Esta es la era científica y no la era de la retribución kármica," me dijo.
- "Respeto sus pensamientos," le respondí.
- "¿ud. no me quiere convencer?"
- "Generalmente sigo la corriente del karma."
Pensé que esa persona era bastante fastidiosa.
- ¿Qué le parece este verso? "No se puede engañar al Cielo Infinito, El conoce tu intención hasta antes de ponerte en acción. Al final quedan las retribuciones kármicas, buenas o malas, La única diferencia es que algunas se manifiestan temprano, otras tarde."
Enojado me dijo: "Ya escuché lo suficiente."
- "Señor, ¿vino Ud. a verme nada más para decirme que no cree en el karma?" indagué con amabilidad.
- "No. Vine a preguntarle, por qué mis dos hijos nacieron tullidos. ¿Qué hice yo? ¿Por qué el cielo me trata tan mal? ¡Nunca he hecho nada malo en mi vida! Me atengo a la ley y tengo un carácter intachable. ¿Por qué otros tienen hijos sanos y bien formados, mientras que los míos son tullidos? Esto me ha hecho muy rebelde. ¿Qué tipo de retribución kármica es esta?"
Escuchando sus palabras sentí mucha pena. Uno casi no podía culparlo por ser tan rebelde. Hijos tullidos también son hijos, y su condición hiere los sentimientos de sus padres y les produce gran pesar en el corazón. Tranquilicé mi mente y en silencio pedí orientación espiritual. Después de aproximadamente tres minutos percibí una imagen. La visión era muy borrosa y me tomó un minuto para distinguir claramente lo que era - vi pájaros (gansos salvajes) volando en el aire. El cielo era azul y los pájaros eran blancos. El movimiento de sus alas me hizo difícil reconocer la imagen en seguida.
- "Señor, por favor, no se ofenda. De acuerdo a mi entendimiento sus hijos son la reencarnación de pájaros."
- "¡Maldición! ¿Cómo pueden pájaros reencarnar como humanos? Eso no puede ser verdad."
- "El reino de los animales pertenece a los Seis Reinos de Transmigración," le expliqué.
- "No puedo creer en eso."
- "Señor, si Ud. no quiere creerlo, no hay nada que pueda hacer. Pero póngase a pensar, ¿desarrolló Ud. en esta vida algún lazo kármico con pájaros? Por ejemplo criando pájaros?
- "¡No!" Me contestó enojado.
- "No tengo malos hábitos en esta vida. Nunca me metí en líos de bebida, mujeres, juegos de dinero ni extravagancias. Llevo una vida bastante sencilla y siempre trato de servir a los demás. ¡Maldición! Solo tengo un entretenimiento ...." El no siguió hablando.
- "¿Qué tipo de entretenimiento?"
- "La caza. La caza de pájaros. ... Es la caza de pájaros."
Se fue muy irritado.
Por un momento me quedé aturdido, a pesar de que esa experiencia no me afectó mucho. Únicamente quiero señalar, que esto es un caso de retribución kármica; nada nuevo para mí.
Pienso en la ley que rige todo el Universo. Durante el día la brillante luz del sol pone el mundo reluciente y claro. Durante la noche la oscuridad cubre la tierra con un toque de misterio. Los Seis Reinos de Transmigración entran en ese círculo y la vida viene y se va a cada instante. Me veo en mi infancia corriendo por el campo. Dentro de mí llevo el deseo de felicidad, bondad y paz. Pero todavía se presentan momentos de dolor en mi vida y la sensación de desasosiego. A lo mejor esto también es Karma.
* De acuerdo a las semillas que uno sembró.
* Madurarán los frutos;
* Las personas que obran bien cosecharán retribuciones buenas,
* Las personas que obran mal cosecharán retribuciones malas.
* El que siembra frijoles, cosechará frijoles,
* El que siembra melones, cosechará melones.
* El que se dedica a cazar pájaros,
* Algún día perderá los ojos debido a los pájaros.
*1 Hong Yueh Hsiang Jiang - un lugar famoso en China
*2 Alaya - almacén de la conciencia; lugar donde se guardan todas nuestra experiencias; como en un almacén, aquí están guardadas todas las semillas del Karma.
*3 gatha - enseñanzas en forma de verso que a menudo aparecen en los sutras.

Torasyah©
dhei@prodigy.net.mx
diciembre 2000



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