DEL CABALLERO
DE PLATA
para
SU REINA MELANDRA
A mi Amada Reina
Melandra
Melandra, Dama mía,
tú no eres reina del castillo gris.
Como yo,
a Blanco Castillo perteneces...
Iré por las colinas desgastadas,
con tu cuerpo cabalgando en mi montura,
con tu alma turbando mis palabras.
La amarga soledad que me carcome:
¿ayuda a despertar a mi Alma?
¿Por qué tanto dolor, mi Señor y Rey?
¡Pero si he llegado hasta aquí para esto!
No creas que no deseo tu cuerpo,
aunque tu Alma entiende como yo entiendo.
Mi tribulación sagrada se volverá unión,
en la noche de los tiempos...
En una nueva encrucijada
volveré por tu Destino,
es la promesa que queda,
para el resto del Camino.
Las Penas de tu
Caballero
Mortal contradicción, paradoja del alma,
destino velado resuena al andar.
Agridulce camino hacia las cumbres altas,
al Reino perdido del Santo Grial.
La búsqueda es falsa, ya se, lo dijiste,
pero dime ahora, cómo he de buscar.
Mi caballo blanco agota sus fuerzas
mi yelmo herrumbrado ya cruge al soñar.
Pero seguiré, por húmedas sendas,
en busca de algo que he de encontrar.
Mi perseverancia atraerá contiendas.
Mi espada y mi escudo la Luz inmortal.
La Verdad fue siempre tierra sin caminos
son falsos tus ríos, no llevan al mar.
Las montañas altas no guardan el premio.
Cumple tu destino y así entenderás.
No soy caballero de reinas y reyes
que buscan más tierras para cultivar.
Yo soy caballero de errantes herejes
de aquellos que luchan por la Libertad.
Por eso mi Reina, a ti sí te sirvo,
comparto tu búsqueda y tu inspiración,
la Pregunta Grande, el Reto Divino,
de buscar Caminos que lleven a Dios.
Luis Alberto Vence