EL
CABALLERO NEGRO
EL CABALLERO NEGRO
(habla el Caballero de Plata)...
¡Quién como Dios!
Negro caballero, duende de la noche,
que con bafometo me quieres vencer;
tentaré a tu diablo a tentar mi cuerpo.
¡Quién sino a Dios!, le puedo temer.
¡Haces que me ría, negro caballero!,
suficiente enemigo no eres para mí.
Ve a divertir tus rasgos sombríos
con aquellos débiles que ayer yo vencí.
¿Tú crees acaso, que distraes mi camino?
Tal vez, a lo sumo, consumes mi voz.
Nada me aparta del blanco Destino,
ni tú o basfometo
¡Quién sino Dios!
Aún no es el Tiempo
Llegué hasta el portal del castillo negro.
Ruido de cadenas, el puente bajó,
y un caballero, calavera por yelmo,
su corcel bravío, hacia mí dirigió.
Blandiendo en alto mi espada plateada,
lo miré desafiante.
Mi caballo blanco, en calma, hechizado.
El caballo negro frenó su carrera.
Cruzaron el campo en cruda tensión,
miradas de yelmo y de calavera.
Volvió a su castillo y yo hacia el bosque.
Gran Enfrentamiento,
aún no es el tiempo.
Sonidos de espada tendrán que esperar.
Luis Alberto Vence