Sekher Castle of Ludy Mellt Sekher

 

LOS DUENDES , ELFOS Y GNOMOS

VISTOS POR HODSON

 


LOS DUENDES.......

Por naturaleza son criaturas comunicativas y amistosas; viven en tribus y, como la mayoría de los seres "feéricos", imitan mucho los hábitos del hombre, su vestimenta y sus métodos de trabajo y juego. Pertenecen al suelo y tienen gran parte de la simplicidad rustica de los agricultores. No está claro qué función cumplen en los procesos de la Naturaleza por lo general, se los ahilará en o precisamente debajo de la superficie de la tierra. Los he visto cavando con mucha solemnidad entre las raíces de plantas en crecimiento, pero impregna todas sus actividades una expresión tal de burlona seriedad y simulación que no está muy claro si consideran su esfuerzo como trabajo o juego. Los relatos siguientes sobre los espíritus naturales de la tierra el agua, el aire y el fuego están extraídos de descripciones de escenas observadas en diferentes ocasiones, y tal vez ayuden a comprender a estos pequeños seres. vìsto cavando con mucha solemnidad entre las raíces de plantas en crecimiento, pero impregna todas sus actividades una expresión tal de burlona seriedad y simulación que no está muy claro si consideran su esfuerzo como trabajo o juego. Los relatos siguientes sobre los espíritus naturales de la tierra el agua, el aire y el fuego están extraídos de descripciones de escenas observadas en diferentes ocasiones, y tal vez ayuden a comprender a estos pequeños seres.
Sobre el escarpado sector de uno de los riscos de las costas occidentales de Thirlmere existe una grandísima colonia de duendes; viven a pocos pies debajo del nivel del suelo y pasan su tiempo tanto debajo como encima de la superficie. Vi una cantidad de casitas, precisamente debajo de la superficie de la colina. De forma muy perfecta, con ventanas y puertas, las casitas se hallan esparcidas irregularmente por la ladera, y entre las hojas, raíces y rocas que las rodean se aprecian cantidades de duendes. Lo que sigue es un intento de describir una de estas, seleccionadas al azar. .
De una altura no mayor de seis pulgadas (15,24 cm), el duende parece un ancianito, que lleva un cubrecabeza marrón similar a un gorro de dormir, y un traje marrón que consiste en lo que semeja calzones anchos, medias y botas de rigor en los duendes. El rostro tiene barba gris y da la impresión de antigua rusticidad. Indudablemente, existe la ficción de una vida doméstica, aunque no veo figura femenina alguna en esta aldea "feérica". Los duendes pululan literalmente en esta ladera y su apariencia, expresión o inteligencia varían poco. Parecen estar "evolucionando" aquí. Difieren de cualquier otro duende que vi antes en que no parecen 'trabajar" en conexión con proceso alguno de la Naturaleza aunque veneran a los árboles, no los sirven con capacidad alguna.
Uno de los espíritus naturales de apariencia más joven, que también vive aquí, se me acerca; está a dos o tres yardas (2,743 m) a mi derecha y empieza a exhibir gestos extravagantes y un humor ingenuo. Es mucho más delgado que los duendes
de aspecto más viejo, y tiene un toque de color en su persona: un poco de rojo en el sombrero (que es cónico con la punta que pende hacia abajo) y un poco de verde en su ropa. Me cuesta pensar que sea un duende; sus pies rematan en punta, sus extremidades son delgadas y alargadas, y sus manos son demasiado grandes respecto del resto de sus cuerpo. Apoya su mano izquierda en la cadera y señala con su mano derecha en dirección al bosque, como si mostrase orgullosamente las bellezas del lugar Además de su orgullo, hay buena cantidad de vanagloria e infantil vanidad. De rostro afeitado y rojo, de ojos pequeños, su nariz y mentón son prominentes, su boca es muy ancha y aun más al expandirse en una mueca. Sus gestos y posturas son extravagantes y asombrosos. Su cuerpo es tan sutil que puede doblarse y extenderse en casi cualquier posición.
No puedo persuadirle para que se me acerque más, pues cuando intento hacerlo empieza a demostrar inmediata aprensión. Parece sentirse incómodo aunque pienso que, en realidad, tiene miedo. El aura humana no guarda armonía con él, y es probable que, dentro de ella, perdiese el equilibrio. Por contraste, advierto cuán etérea y frágil es su contextura, que posee menos consistencia que un soplo de viento, pero la forma se halla claramente delineada y los detalles son muy definidos.
Al observar nuevamente la comunidad de los duendes y esforzarme por captar algunos detalles de su vida, ofreciéronse ciertos hechos peculiares. Por ejemplo, un esfuerzo por ver el interior de sus casas reveló, para mi asombro, que "al trasponer la puerta" ¡allí no había nada! La forma externa es muy perfecta y pintoresca, pero el interior está en tinieblas. De hecho, la ilusión de una casa desaparece por completo cuando se dirige la consciencia hasta el interior. Todo lo que se ve son ciertas líneas sutiles de magnetismo que fluyen. Los duendes entran por la puerta y entonces se despojan de su forma, descendiendo más profundamente en la tierra en un estado relativamente amorfo. Todos parecen tener la idea de estar ocupados, apresurándose por el lugar de una manera seudo-seria, pero en lo que a mí respecta todo se trata de pura ficción.
· Una experiencia posterior sugiere que este pequeño ser era más bien un elfo del bosque que un duende.
Las casas no pertenecen a individuo ni grupo alguno. Cualquier miembro de la colonia las usa; este "uso" se limita meramente a entrar y salir por la puerta. Es seguro que obtienen alguna satisfacción al contemplar el exterior de estas estructuras construidas mediante el pensamiento. En conexión con estos duendes del bosque no veo ninguna de las herramientas de trabajo, maletines ni delantales que observé en otras ocasiones. Parecen menos inteligentes y altamente evolucionados, y su existencia mucho más carente de propósito que cualesquiera otros que encontré.


BOTAS "FEERICAS"


Entre los pequeños seres de esta ladera frente a Helvellyn, lo primero observable es un duende anciano quien, ahora que nos sentamos, se adelanta hasta bordear la leña que está detrás de nosotros. Es de unas seis u ocho pulgadas (15,24 - 20,32 cm) y usa un sombrero largo y puntiagudo, como un cono levemente imperfecto, y un juboncillo verde, en forma de venera en el borde inferior, desplegado alrededor de sus caderas; tiene vistas marrones, está sujeto con botones y lleva un cuello ancho, como un capotillo, también en forma de venera y con vistas. Unos pantaloncitos completan su atuendo. Al principio muestra las extremidades inferiores de un elfo, alargadas y puntiagudas. Tiene barba larga, gris y rala, y su rostro y su cuerpo son más delgados y más austeros que los de los duendes habituales. Me recuerda levemente una caricatura del Tío Sam, vestido con traje de Falstaff.
Se interesa mucho por nuestro perro y se acerca intrépidamente hasta su nariz. Parece incapaz de considerar todo grupalmente, en conjunto. Advierte la presencia de los seres humanos, pero el primer detalle que le sorprende es la clase de botas que uso, botas de goma, marineras, con lona en la parte superior de la caña. Después de observarlas fijamente, procede a confeccionarse una muy respetable imitación de mis botas, de las que se siente excesivamente orgulloso. Su simple imagen mental es más que suficiente para cubrir sus pies con una copia del par de botas que contempla con tanta admiración. Luego de andar con arrogancia durante un rato, como para acostumbrarse a ellas, al final se introduce majestuosamente en los bosques.


LOS ELFOS


Los elfos difieren de los demás espíritus naturales principalmente en que, por lo común, no están vestidos con reproducción alguna del atuendo humano, y su constitución corporal consiste en una masa sólida de sustancia etérica, carente por entero de organización interior


LOS ELFOS DEL BOSQUE.


Al sentarnos en un tronco caído, dos diminutos elfos del bosque pasan corriendo por el suelo más allá de nosotros. Al vernos, se elevan a unos cinco pies (1,524 mj y nos contemplan considerablemente divertidos, pero sin miedo. Parecen cubiertos por completo por una piel ajustada y de una sola pieza, que reluce como si estuviera mojada y tiene el color de la corteza de haya. Hay gran cantidad de estas figuras que corren por el suelo. Sus manos y pies son grandes, totalmente desproporcionados respecto del resto de sus cuerpos. Sus piernas son delgadas y sus orejas rematan en punta, casi en forma de pera. Sus narices son también puntiagudas y sus bocas, anchas. Dentro de la boca no hay dientes ni estructuras, -ni siquiera lengua, por lo que puede verse como si todo fuese de una pieza de jalea etérica. Una pequeña aura verde los rodea. Los dos a los que observo en especial, viven en las raíces de una enorme haya. Ahora desaparecen a través de una hendidura por la que entran como en una cueva, y se hunden en el suelo hasta fundirse en el doble etérico del árbol.


LOS ELFOS DE LAS PLAYAS


Unas formas pequeñas y raras, como de elfos, juegan en la playa entre las algas marinas y la piedras. Tienen cabezas de tamaño desmesurado, rostros de elfos, orejas grandes, cuerpecitos redondos y piernas cortas y finas que terminan en pies que parecen telarañas. Tienen una estatura de tres a seis pulgadas (7,62 - 15,24 cm); se familiarizan con los seres humanos y la presencia de éstos de ningún modo los perturba. Aparentemente les interesan la vida y los procesos celulares de las algas marinas.

LOS GNOMOS

Gnomo" es un título genérico de los espíritus naturales del elemento tierra. La investigación revela que, si bien existen en la Naturaleza toda clase de seres "feéricos" tradicionales, hay vastas divergencias dentro de cada tipo. Algunas diferenciaciones son tan grandes que exigen nuevos nombres y clasificaciones. En el futuro, cuando sin duda el naturalista, el etnólogo y el explorador entren el País "Feérico" y en todas las escuelas se estudien los textos sobre el Reino de las Hadas, las múltiples y variadas especies de seres "feéricos" recibirán, en su totalidad, nombres especiales. Como creo que los nombres
tradicionales son los más satisfactorios
desde muchos puntos de vista, he clasificado a tales habitantes del País "Feérico" como los estudié bajo el nombre dado a la raza a la que más se asemejan. En este subtítulo son descritas las criaturas de los árboles y los enanos alados, aunque en muchas particularidades importantes difieren de los gnomos verdaderos. Los estudiantes tal vez vacilen en aceptar la existencia de
un gnomo alado que viva en un árbol; no obstante, en lo que atañe a mi observación, los así clasificados se parecen mas estrictamente a los Gnomos de Tierra que a cualquier otro tipo. Por tanto, clasificaré como "gnomos" a diversas criaturas que difieren en muchos aspectos de los gnomos de la tradición "feérica".El gnomo verdadero vive normalmente dentro del doble etérico de la tierra; es por lo común delgado y larguirucho, de apariencia grotesca, cadavérico, con mandíbulas en forma de farol, y a veces solitario. Da la impresión de extrema vejez; toda su apariencia y porte difieren cabalmente de los del hombre actual. Sus brazos son demasiado largos para nuestro sentido de la proporción
, y como sus piernas, están doblados en las articulaciones como si se hubiesen endurecido con la edad. Su tez es muy tosca y áspera, los ojos son pequeños y negros, con un leve sesgo hacia arriba en los costados. Como se dijo, el gnomo es aparentemente una reliquia de los tiempos de la antigua Lemuria y, si esto es cierto, puede significar que el tipo es una representación de la apariencia de la gente de esa época. El gnomo de la tierra no es un tipo agradable de elemental; los encontrados en Inglaterra han sido de color muy negro o marrón-turba, y aunque raras veces fui objeto de su hostilidad, su atmósfera es decididamente desagradable.


EL GNOMO EMBRIONAL DE LA ROCA


. En la profundidad de la sólida roca que está detrás de nosotros hay una consciencia en evolución que se manifiesta principalmente como amorfas manchas de color dentro de la casi incolora esencia elemental de la roca-una especie de gnomo embrional. Es visible el arranque de la cabeza, con ojos y boca en un tenebroso perfil, pero el resto del cuerpo sólo está sugerido desvaídamente, como si el trabajo preliminar de un artista estampase las principales manchas cromáticas, dejando las delineaciones claras para una etapa posterior Si no fuese por esta vaguedad, la criatura sería excesivamente fea, por no decir de apariencia monstruosa. Para la visión etérica, toda la roca es transparente y su habitante parecería estar dentro de un enorme receptáculo de celuloide, a través del cual tiene una nublada consciencia de lo que le rodea. El único poder volitivo que parece tener es el de cambiar lentamente el foco y dirección de su consciencia opaca y limitada; esto lo hace muy vagamente y como en sueños. La presencia de esta criatura da cierta individualidad a la roca, advertible en el plano físico como especializada vibración magnética. Es difícil juzgar el tamaño del Gnomo, pero probablemente sea de diez a quince pies de alto.
Los pies embrionales están muy en lo hondo, debajo de la superficie de la tierra en la que está sepultada la roca, y la cabeza a unos tres pies en la cima de la roca.-

CIMI

 


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