Habrá quienes no entiendan que tu despertar es parte del camino;
no necesitas que todo el mundo te apoye; es más...Precisas gente cercana que te critique y te dé la espalda; de esa manera podrás moldear tu flexibilidad, el humor y la fortaleza. Recuerda que eres fuerte!!! ¡Precisamente lo que necesitamos para fortalecernos rápido es gente que nos moleste! Por ello es bueno que te ames y estés enamorado de la vida. Recuerda que tu felicidad nace de adentro, que no puedes,
no debes depender de las circunstancias, porque éstas son cambiantes. Comprende tu naturaleza y acéptala y ¡PON DE PIE A TU ALMA! y acepta correr el riesgo de vivir creciendo, siendo tu mismo,
aceptando el desafío de vivir plenamente en tiempos turbulentos. A veces, hace falta romper las reglas de lo convencional y ser pioneros, y si no hay una puerta de salida en la situación en que te encuentres...
Rompe la pared y sigue adelante!! Recuerda que todo el universo te apoya si estás dispuesto a volar. Aprende la sublime alquimia del espíritu. Busca siempre la luz. No te quejes de nadie ni nada. Si algo te parece malo, tienes tu voluntad poderosa para transformarlo;
debes convertir todo en luz y en recompensa todo iluminará tu senda.
No te abstengas jamás de colaborar con el conjunto,
en la acción dirigida al bien; tu espíritu irá conquistando nuevas cumbres, nuevas verdades. Así, como el todo influye sobre tí; tú influyes sobre el todo. La ley de la armonía dirige y modifica de acuerdo al plan cósmico, toda reacción de ser a ser. Desarrolla en ti lo más elevado y sólo Dios
dirigirá e influirá tus pasos. Tu mismo debes buscar tu sendero y realizar. Elige los medios más adecuados. Discierne y sigue siempre lo mejor. Así hallarás tu camino y algún día ascenderás radiante y feliz. Todos venimos del mismo punto y vamos al mismo fin. Pero cada ser avanza por un camino distinto. Cada uno tiene un ideal propio, un concepto diverso
sobre cada cosa, de acuerdo al camino recorrido y al
punto de vista en que nos colocamos. La verdad está en cada ser un poco, en la medida de la elevación
avanzada. Todos tienen su razón personal para pensar y obrar a su manera.
Pero,
¡NADIE TIENE EL MONOPOLIO DE LA VERDAD!.
Así, sé tolerante en el más amplio sentido. No temas la crítica motivada por la incomprensión. Sea lo que concibas, como lo más adecuado a tus capacidades y posibilidades, siempre que vislumbres algo mejor, avanza
tranquilo. Ten confianza en ti mismo. El triunfo es de los que osan y perseveran. Al sentirte capacitado para ser útil, sé todo corazón.
Adquiere la sencillez del niño y la perseverancia del sabio. Con bondad infinita inclínate hasta el mismo plano donde actúan los que quieren ayudar. Sé uno con ellos. Al armonizar elévate poco a poco, jamás seas brusco ni impaciente. No pretendas imponer; ilumina y guía, así lograrás que
asciendan contigo, hasta realizar el ideal propuesto.
Al proceder así, todos creerán, que si han avanzado se
debe a su propio esfuerzo. Cumple tu deber, por la íntima necesidad de ser
útil y no por afán de grandeza. Por este camino adquirirás energías para abarcar el infinito y podrás sembrar el bien a manos llenas.
Si el desaliento te abate, medita; La serenidad confortará tu espíritu y te hará más sabio para el futuro. Si la calumnia te muerde no te alteres, pon en la herida un poco de bondad y castiga al culpable, con toda la Ternura de tu corazón. Si el odio quiere alcanzarte, sonríe y perdona. Tu amor ha de ser poderoso, TODOPODEROSO!.
Si la envidia pretende trabar tus pasos, elévate y vuela sobre ella. Si la indiferencia te rodea, ten calma; amplía tu espíritu en un anhelo de comprensión. Y tu palabra logrará penetrar hasta lo más íntimo de tus hermanos. Si el dolor se ceba en ti, transfórmalo en luz, en luz de experiencia y tropezarás menos.
Si el silencio, la crítica destructiva y la calumnia resuenan a tu paso..., ¡ALÉGRATE. ÉSE ES EL TRIUNFO!!!
Si construyes algo y ello levanta polvaredas de ataques y envidia..., ¡ALÉGRATE. ÉSE ES EL MEJOR TRIUNFO!!!
La soledad te dará alientos para volver y proseguir tu labor con tranquilidad. Deja que el mal vaya hacia ti. Todo el mal que recibas,
es una oportunidad que se te ofrece para que hagas una obra de amor, convirtiéndolo en bien, y mucho mejor cada vez. Así, no guardes rencor al que te perjudique. No la aumentes con la ruin venganza. No trates de descargar sobre otros tu carga de dolor. Sonríe siempre ante los demás, aunque sufras. Haz en lo posible la felicidad de los que te rodean.
Aprovecha toda circunstancia para hacer un bien. Descubre siempre el mejor aspecto de la vida, toda materia tiende a ser espíritu. Toda
tiniebla, luz. Sé el taumaturgo que convierte lo inferior en superior, por el empleo constante de tus facultades más elevadas. Rodea con todo el amor y ternura de tu corazón todo lo que está a tu alcance. Haz siempre lo más y lo mejor que puedas. Y ante todo, haz sólo lo que sepas que es un bien.
Para alegrar y disipar el mal, basta la sola presencia del bien. Conviértete en un brazo más que ayuda a la humanidad en su ascensión.
Recuerda que tu trabajo no es vano y que le sirves a Dios.
Aunque no veas las cosas como las quieres ver, mantén tu fe firme confiando solo en él. Aunque la marea cambie y embravezca más y más debes estar
confiado porque él te ayudará y no te dejará. En los momentos difíciles nuestra mente se turba, nos sentimos desmayar, pero recordemos siempre que Jesús a nuestro lado está. La historia esta llena de hombres de origen muy humilde, nadie sabía quienes eran ni de donde venían, pero eran hombres de ideales y propósitos grandes.
Si a esos ideales y a esos propósitos se les agrega el ingrediente primordial de la fe en Dios, ¿Que más se puede esperar?
Llegarán a donde se proponen porque Dios estará con ellos. El hombre hace el lugar, y su lugar en el mundo; y lo engrandecerá
aun más si tiene su confianza puesta en Dios y que cuenta con él en
cada uno de sus pasos. Importa demasiado en la vida no el saber
quienes somos ni de dónde vinimos sino hacia dónde nos dirigimos y quién es aquel que va a nuestro lado. No te detengas en lo malo que has hecho, camina en lo bueno que puedes hacer. No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar. No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de Dios. No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas. No confíes en tus propias fuerzas pon tu vida en manos de Dios. No trates que otros cambien, sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú. Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla. Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio Afán"
busca alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad, una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella. No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.
Si algún día te sientes cansado, busca el descanso en Dios que renovará tus fuerzas.
Si algún día te sientes demasiado responsable de otros, recuerda que solo Jesús es el Mesías. Si te sientes atado a alguien, pídele a Jesús que rompa las ataduras y que su amor vuelva a crear lazos nuevos de amor según su espíritu.
Si reaccionas ante toda provocación, ruega a Dios para que te enseñe a responder
con amor en lugar de atacar. Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona,
despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio. Si necesitas tener todo bajo control, entrega el control de tu vida a Dios y confía en su poder y en su amor por
tí. Aprende a mirarte con amor y respeto. Piensa en ti como en algo precioso ¡Eres un hijo de Dios! "Piensa que él está más interesado que tú en que te conviertas en esa creación que él pensó desde toda la eternidad."Gózate en lo que eres y significas para nuestro amado y buen Dios.
Que se quede grabado en tu corazón y mente el ser leal contigo mismo. No puedes negar el inmenso potencial transformador que tienes.
Frente a los miles de problemas que tenemos todos los días encontramos
millones de soluciones dentro de cada uno de nosotros. Cada día es un nuevo camino que te invita a transitarlo y llegar a la montaña mas alta. ¡El placer está precisamente en que disfrutes de todo el trayecto, evitando atajos y negándote a postergar momentos de dicha. Es fácil pensar que el futuro será mejor, pero,
el futuro aún no ha llegado! Tienes que limitarte a vivir plenamente el presente y disfrutar de todo el camino, pues la meta no está
al final del mismo, sino en cada paso que des. Tu felicidad depende de ti mismo; fluye desde adentro y puedes ser feliz en cualquier parte y a toda edad.
No olvides que estamos de paso por la tierra, organiza mejor el tiempo para absorber cada momento de tu vida, con la pasión con que se vive algo que se tiene sólo por una vez. Envejecer es natural, la vida es maravillosa en todas sus etapas y nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Siempre es posible cambiar y ser mejor; siempre es posible volver a enamorarse de la vida, despertar, comenzar a fluir
y disfrutar, incluso, de las malas noticias y tiempos adversos, porque todo nos está enseñando algo y tenemos que ser agradecidos. El mundo cambia y seguirá cambiando, aquello que conociste desde niño ya no existe. Es necesario romper con lo convencional y empezar a manejar las riendas de tu vida con mano propia;
es bueno cambiar. Tómate tiempo para reflexionar, para meditar, para observarte y ver todo lo que está ocurriendo a tu alrededor.
La vida sigue siendo hermosa, pase lo que pase; pero, hace falta estar despierto y ser consciente de lo que estás haciendo con tu vida; hacia dónde te diriges.
Quizá la solución que busques fuera esté más cerca, al alcance de tus manos.
Ha llegado el tiempo de derribar todas las barreras que un día te aprisionaron el alma. Tú puedes ser mucho más libre, eres mucho mas fuerte.
Es necesario ser autocrítico, sin llegar a sentirse culpable ni albergar
resentimiento. El pasado es incambiable, pero es útil para extraerle valiosas
enseñanzas. Guarda sólo el mensaje del pasado, para vivir plenamente el presente.
Todo comienza negándote a aceptar el miedo y amándote sin restricción, tratándote
como a la persona que más amas, en un contexto de amor
y respeto. Y con la firme decisión de: ¡¡Jamás darte por vencido!!