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EL
CAMINO
Luis Alberto Vence©
Argentina.
EL OTRO CAMINO
Camino por tu camino
y tú caminas por el mío.
Como tantas otras gentes
solitarios siempre fuimos.
Hasta que en la encrucijada,
al juntarse los caminos,
llegamos al tiempo exacto
en la cita del destino.
Te invité a caminar,
por este camino mío.
Tú me dijiste que sí,
yo te dije: 'amor mío'.
Hoy que tengo que partir
a volar otros caminos,
te regalo este mapa mortal
y te presto mi recorrido;
para volverte a encontrar
en otro camino mío.
EL PECADO POR OMISIÓN
Alguien llama a mi puerta
en la soledad de mi vida,
pero no lo atiendo.
Una voz me llama,
se sobrepone al viento,
pero no la escucho.
Una mano me toca,
toca el alma y toca el cuerpo,
y no la siento.
Me dirigen la mirada,
me apuntan el pensamiento.
Y yo me encierro.
La oportunidad perdida
ya no vuelve.
La cobardía mía es un pecado,
el peor que he cometido.
Pero es irremediable
porque el tiempo ya se ha ido.
Descompongo mi reloj
y tuerzo mi recorrido.
Pero es demasiado tarde,
la muerte ya ha acontecido.
"Tal como yo lo veo, debe existir,
en el fondo de todo esto,
no una ecuación, sino una
idea absolutamente simple.
Y para mí esa idea, cuando
finalmente la descubramos,
resultará tan apremiante,
tan inevitable, que nos diremos
unos a otros: 'Oh, qué hermosura.
Cómo pudo haber sido de otro modo?".
John Archibald Wheeler
(físico norteamericano, especialista en mecánica
cuántica, creador del término "agujero negro" en cosmología).
Luis Alberto Vence
LA BÚSQUEDA INCORRECTA
Ayer salí a caminar,
para encontrar el Sentido
de la vida que he tenido,
de vivir como he vivido.
Escalé una gran montaña
hasta llegar a su pico,
sólo encontré la nieve,
la que se transforma en río.
Bucié en el fondo del mar,
en la fosa más profunda
y sólo encontré oscuridad,
que oscureció más mis penumbras.
Penetré en muchas selvas,
caminé todos los caminos,
recorrí diez mil llanuras,
en busca del Real Sentido.
Y regresé a mi casa
cansado por lo vivido,
frustrado por no encontrar
mi Significado Divino.
Cuando caí en un sueño,
soñé un campo de trigo,
y de ese campo una voz
con tono familiar pero desconocido,
me dijo dulcemente:
"Está dentro tuyo, hijo".
Desperté sobresaltado,
a meditar lo que había oído.
La búsqueda ha terminado,
ya encontré lo que he perdido.
Porque el Verdadero Sentido
de la vida que ha tenido,
de vivir como ha vivido,
se le oculta al ser humano
en el fondo de sí mismo.
EN UN TIEMPO CERCANO
En un tiempo cercano...
sacaré del letargo, sumergida,
la negra piedra que mora en mi interior.
Puliré asperezas con mi vida,
uniré esa Piedra con tu Amor.
Castillo de Quintaesencia.
Reino de Entelequia,
moraré en tus salas espaciosas,
a mi Amor buscaré por tus pasillos,
con la esperanza de ver...
aquellos ojos perdidos.
Y aquellos ojos y mi piedra...
serán Uno,
como Uno será el Sol con la Luna,
como Uno el Ángel con su Hombre,
como Uno Instrumento y Melodía.
NADA
De la nada venimos y a la nada vamos. Antes de
nacer, ¿dónde estábamos? En lo que a mi conocimiento directo respecta, yo estaba
en la nada. ¿Qué es la nada? La nada no se define.
Porque es nada y lo es todo.Todo surge de la nada. La nada es potencialmente todo.
Al morir, ¿dónde vamos? Cuando se duermen nuestras percepciones...¿hacia dónde
flotaremos? Según mis meditaciones, hacia la nada.Haga una prueba. Suspenda
suavemente sus pensamientos. No tenga prisa. Libérese de quién es y de lo que
está haciendo. Vacíese. Es un estado relajante y placentero. Es la
nada. Si venimos de la nada y hacia la nada vamos, intuitivamente podemos decir que de la
nada resurgiremos. No propongo aquí una idea de reencarnación. Simplemente digo
que este yo que hoy escribe estas líneas algún día se fundirá en la nada.
Y, como veo que todos los días nacen de la nada nuevos "yo", entonces no sólo
pienso intuitiva sino también lógicamente que mi yo volverá nuevamente del lugar hacia
donde fue: de la nada.
Los pensamientos que fluyen de mi mente y escribo en estas líneas vienen de la nada.
Es como la pantalla blanca de mi computadora que poco a poco se va llenando de
letras, frases, palabras. De la nada surge todo.
Los neurólogos dirán que los pensamientos son producto de reacciones químicas
producidas en el cerebro. Pero, ¿cuál es la causa de esas reacciones químicas?
¿De dónde surge la causa de toda causa?
Camino gracias -entre otras cosas- a la circulación sanguínea.
La circulación se produce gracias a los latidos de mi corazón, los latidos son causados
por señales eléctricas enviadas desde mi cerebro, dichas señales eléctricas son
emitidas por mi voluntad, por mi yo.
Pero, ¿quién causa mi yo? ¿Quién es la causa de mi existencia? ¿De dónde viene la
energía o fluido que mueve mi voluntad, la voluntad de ser yo? A eso llamo la nada.
El nombre no cuenta. La nada es el lugar de donde vienen y hacia donde vuelven todas
las cosas. Es el lugar en donde todas las cosas ya están potencialmente creadas.
Sólo están a la espera de su manifestación.
Los físicos estudiosos de la mecánica cuántica nos dicen que todo el universo es
espacio vacío.
Si penetramos en las profundidades de la materia, veremos moléculas, luego átomos, luego
partículas atómicas (electrones, neutrones, protones, etc.) y, entre ellos, un inmenso
espacio vacío. Si penetramos más aún veremos que los electrones son en realidad
espacio vacío.
Espacio vacío con enormes potenciales de creación. Todo está hecho de la nada. De
la nada surge todo.
El Creador hizo todo de la nada. A veces me pregunto quién hizo al Creador. A
veces me pregunto si no lo cree yo y el me creó a mí. En cualquier caso, creo que
la historia no es lineal, es un círculo continuo de creación.
Como co-creadores del Creador, sacamos las cosas de la nada. Este papel, esta
computadora, aquel automóvil, todos primero estuvieron en la nada.
Una mente humana los rescató de la nada y los manifestó en la materia.
Estas frases, como ya dije, surgen de la nada. De pronto llegan a mi cerebro. No las
provoco, fluyen a mí involuntariamente. Me utilizan de medio para salir a la superficie.
Si no las rescato, vuelven a la nada, para ser rescatadas por mí o por otro.
Depende de la conexión con la nada. Depende de las antenas que cada uno
tengamos instaladas.
Estoy seguro de que si yo no escribiera estas palabras hoy, otro -tarde o temprano-
terminaría escribiéndolas ya que no son palabras mías. Son palabras con vida
propia que ya existían desde siempre en la nada.
El pasado, el presente y el futuro. Todo ya existe en la nada. Todo está
creado en forma potencial en la nada. Sólo a la espera de que la mente humana lo
rescate.
Somos la manifestación del "yo" del universo. Nuestra misión, según lo
veo, es efectuar la "mudanza" desde el mundo de la nada hacia el mundo de la
materia.
Nuestros cuerpos están incluidos en dicha mudanza. Cada tanto los renovamos para
cumplir mejor con nuestra misión.
Nunca morimos. Sólo renovamos fuerzas y nuestra misión sumergiéndonos en la nada. Pero,
aunque no lo sepamos en forma consciente, siempre estamos conectados a la nada.
No ser creativo es no cumplir con nuestra misión. La "mudanza" nos exige
creatividad. Es casi imposible no ser creativo.
El sabio vuelve de vez en cuando al silencio de la nada a beber en las aguas de la
creación. De allí saca su fuerza y su potencia.
El silencio de la nada lo dice todo, porque todo está creado en la nada.
El inventario de las cosas perdidas
Aquel día lo vi distinto.
Tenía la mirada enfocada en lo distante. Casi ausente. Pienso ahora que tal vez
presentía que ese era el último día de su vida.Me aproximé y le dije:
-¡Buen día, abuelo!
Y él extendió su silencio. Me senté junto a su sillón y luego de un misterioso
instante, exclamó:
-¡Hoy es día de inventario, hijo!
-¿Inventario? - pregunté sorprendido.
-Sí. ¡El inventario de las cosas perdidas! - me contestó con cierta energía y no sé
si con tristeza o alegría. Y prosiguió:
-"Del lugar de donde yo vengo, las montañas quiebran el cielo como monstruosas
presencias constantes. Siempre tuve deseos de escalar la más alta. Nunca lo hice, no tuve
el tiempo ni la voluntad suficientes para sobreponerme a mi inercia existencial.
Recuerdo también a Mara, aquella chica que amé en silencio por cuatro años; hasta que
un día se marchó del pueblo, sin yo saberlo.
¿Sabes algo? También estuve a punto de estudiar ingeniería, pero mis padres no pudieron
pagarme los estudios. Además, el trabajo en la carpintería de mi padre no me permitía
viajar.
¡Tantas cosas no concluidas, tantos amores no declarados, tantas oportunidades
perdidas!"
Luego, su mirada se hundió aún más en el vacío y se humedecieron sus ojos.
Y continuó:
"En los treinta años que estuve casado con Rita, creo que sólo cuatro o cinco veces
le dije ´te amo´." Luego de un breve silencio, regresó de su viaje mental y
mirándome a los ojos me dijo:
"Este es mi inventario de cosas perdidas, la revisión de mi vida.
A mí ya no me sirve. A ti sí. Te lo dejo como regalo para que puedas hacer tu inventario
a tiempo".
Y luego, con cierta alegría en el rostro, continuó con entusiasmo y casi divertido:
-¿Sabes qué he descubierto en estos días?
-¿Qué, abuelo?
Aguardó unos segundos y no contestó, sólo me interrogó nuevamente:
-¿Cuál es el pecado más grave en la vida de un hombre?
La pregunta me sorprendió y sólo atiné a decir, con inseguridad:
-No lo había pensado. Supongo que matar a otros seres humanos, odiar al prójimo y
desearle el mal. ¿Tener malos pensamientos, tal vez?
Su cara reflejaba negativa. Me miró intensamente, como remarcando el momento y en tono
grave y firme me señaló:
-El pecado más grave en la vida de un ser humano es el pecado por omisión. Y lo más
doloroso es descubrir las cosas perdidas sin tener tiempo para encontrarlas y
recuperarlas.
Al día siguiente, regresé temprano a casa, luego del entierro del abuelo, para realizar
en forma urgente mi propio inventario de las cosas perdidas.
Alabanzas del ángel
Sentado sobre su piedra lunar, el ángel guardián de la Tierra, exclama
todos los días, su plegaria de amor hacia los hombres:
"¡Oh! ¡Alabadas sean, almas que eligieron vivir sobre este planeta!
Ya sabíais que el dolor más grande del universo existe aquí.
Pero elegisteis aprender.
Fuisteis voluntarios ante Dios para cumplir la misión de experimentar la
materia, con el riesgo de caer en sus trampas.
Pero igual deseasteis el conocimiento.
Veo como sufrís todos los días el dolor de ser humano.
Prisioneros del tiempo lineal y de una mente estrecha, ignoráis vuestra
verdadera naturaleza, aunque intuís vuestra esencia sagrada.
Pudisteis haber optado por permanecer eternamente en estado de gracia
¡Almas inquietas y curiosas! ¡Vuestra sed de sabiduría las ha llevado a
experimentar el doloroso desafío de la carne!
Pero también veo vuestras recompensas.
Ningún alma del universo conoce como ustedes lo que es la belleza del
azul marino, del verde árbol y del rojo del sol poniente.
Experimentar el amor humano o la mirada de un hijo...¡ningún otro ser
cósmico lo ha vivido, salvo ustedes, criaturas privilegiadas!
¡Seres desdichados y agraciados a la vez!
¡Seres fatigados por el peso de la materia, pero a la vez felices!
¡Seres creados, pero a la vez creadores!
¡Jugadores voluntarios del Gran Juego Divino!"
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Al fin de la noche, el Amanecer
¿Qué hora será? ¿Serán las diez,
las tres o las cinco?
¿Cuánto he de esperar
para volverte a ver?
He llegado aquí y no he de abandonar.
Es larga la noche, estrellas no hay.
Una noche rara, tampoco la luna.
El día era dulce, pero mi alma triste estaba.
La noche es amarga, esperanzada mi alma.
Cansado voy, ¿el fin de la noche?
¿las cuatro, las seis?
¿Qué veo allí?
¿Un rayo de luz?
¿O tal vez un sueño
de esta noche eterna?
El verdadero Día me espera al final
de la noche larga, donde los fantasmas,
fantasmas de hombres,
danzan dormidos la gris melodía,
la que no consuela,
a la pobre alma mía.
El Amanecer aquí he de esperar,
minuto a minuto lo se, llegará.
Y cuando comience, la mirada rosa
me acariciará.
¡Y yo volveré, volveré a mi Hogar!
Con la Luz del Día, podré regresar.
"Ahora mi alma está turbada.
Y ¿qué voy a decir?
¡Padre, líbrame de esta hora!
Pero, ¡si he llegado a esta hora para esto!
Juan 12:27
Alas
Alas, yo sólo quiero alas,
para volver a casa.
O para volar hasta tus Cielos.
O para proteger, entre ellas,
al herido bosque,
al niño que llora o
a la rosa que abre sus pétalos.
Alas, yo sólo quiero alas,
para volar en el viento,
confundido con las nubes,
y no tener peso.
Alas, yo sólo quiero alas,
para refugiar entre ellas,
tus noches solitarias,
tu corazón herido.
El Amanecer del Ángel,
el Árbol y el Camino Verde
La trama del cielo ya no era celeste,
en un éter claro tornó de repente,
y las hojas muertas bailaron al verme
caminar despacio, por el Camino verde.
Solitario árbol, de pronto encontré,
sus ramas desnudas, heridas recientes,
llorando otras horas de hojas calientes.
Me ofreció su tronco, un descanso fuerte,
soñé en su regazo con Ojos Transparentes.
Y con mis nuevas alas, yo sané su frente,
y quedé a su lado un siglo, dos, siete.
El amigo árbol, el único en su especie,
murió en una noche en el Camino verde.
Mis lágrimas regaron raíces inertes,
me dormí a su lado, soñé nuevamente:
el alma del árbol surgió, de repente,
entre viejos leños, la luz que fue siempre,
y en mi sutil cuerpo cobijó su mente.
Seguimos hoy juntos, transitando suertes,
mis alas nos llevan por el Camino verde,
a mí y a mi árbol,
despacio,
muy suave...
...Silencio...
...Silencio...
...¡¡¡la Mirada Azul, de Ojos Transparentes!!!...
...Silencio...
...Silencio...
Alas
Alas, yo sólo quiero alas,
para volver a casa.
O para volar hasta tus Cielos.
O para proteger, entre ellas,
al herido bosque,
al niño que llora o
a la rosa que abre sus pétalos.
Alas, yo sólo quiero alas,
para volar en el viento,
confundido con las nubes,
y no tener peso.
Alas, yo sólo quiero alas,
para refugiar entre ellas,
tus noches solitarias,
tu corazón herido,
tus íntimas plegarias.
Alas, yo sólo quiero alas,
para remontar tus secretos,
jugar con tus ideas,
compartir tus sentimientos.
Y entre seres dormidos, saltar,
remontar el vuelo,
llevando con mi última fuerza,
a tu Alma, hacia el Sol, hacia el Cielo,
conmigo...y mis secretos.
La Búsqueda del río
Yo soy sólo río
de fuentes ocultas,
de la alta montaña
bajando en penumbras.
Buscando exaltado
la nieve primera,
aquella que soy,
aquella que era.
Es largo este viaje
que parece en vano,
helado en invierno
y tibio en verano.
Serpenteando obstáculos
y puliendo piedras,
ahora busco el mar...
...¿la nieve primera?
De líquido camino,
siempre a la carrera,
encontré la meta:
la desembocadura
al mar que me espera.
Descubro extasiado
en mi final de río,
recuerdo pasado:
que son sólo Uno
el mar que me espera,
el río que fui,
la nieve primera.
...te imagino...
Te imagino en verde campo
rodeada de pinos,
oliendo mil flores,
pintando caminos.
Imagino tus ojos
trascendiendo noches
y días terrenos,
escalando la sutil trama del Cielo.
En penumbra estabas
anhelando calma,
te acompaña mi mente
mientras tú descansas.
Y viajo hasta tí,
siempre imaginando,
que juego contigo,
que sano tu llanto.
Pretencioso yo,
que imagino además,
que en algún tenue instante
en mi pensarás.
Un haiku para tí
De noche, solo,
a orillas del lago,
pintando
la luna llena de recuerdos.
Luz iluminando
a caminante ciego
de tierra sin caminos.
Todas las noches
me visita Dios y me pregunta:
¿cuál es el camino que va hacia Dios?
En la blanca Luz colorida
resuena el sonoro Silencio
de las voces verdaderas y distintas
que forman la Verdad.
Mundo bello que vive
en el interior de equivocado poeta
que vive en un mundo sin belleza.
Camino hacia Dios:
definitivo camino irreversible
que lleva exactamente
hasta aquí.
Desordenando letras
del hiriente informe financiero,
escribo poemas:
¡qué bello informe financiero! o
¡Duende travieso de mi mente!
¡Otra vez te descubro
desordenando las letras
del informe financiero y
escribiendo, con ellas, poemas!
Yo soy la llama, la luz
y el aura de la vela,
la cera derretida,
la mecha que se quema.
El esfuerzo por Ver
Trepo ramas doradas, para alcanzar
el Silencio Sublime, Primordial.
Castigo hasta el final mis fuerzas físicas,
ofrendo mis más altos
sentimientos, la más aguda concentración de mi mente
y todo el brillo de
mi espíritu.
Y llego a lo alto del árbol ardiente de mi Alma.
Mi cara contra el
Viento Sagrado que agita mis cabellos.
Observo, desde allí, las
estrellas guías de mi íntimo Universo.
Y desde allí te escribo, te escribo mil versos,
que no son humanos...y
desde allí...
...divisando la historia
de almas caminantes,
en un tiempo sin tiempo,
en un lugar sin paisaje.
Sublime momento,
tiempo sin instantes,
veo a Dios en el pecho
de dos caminantes,
que caminan juntos
a ninguna parte.
Se separan y juegan,
juegan a encontrarse.
De pronto se pierden,
voluntariamente parten,
sabiendo que pronto
volverán a juntarse.
Desde mi árbol, miro,
en tronco de fuego,
a Dios, a la luna,
la tierra y el cielo,
observando, mañana,
como hoy y antes,
el Amor que vuela
con los caminantes.
Luis Alberto Vence
Colaboración autorizada para el Castillo Sekher
Muchas Gracias Luis
Ludy
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