Según las antiguas profecías de los magos de la Piedra
Circular, nacería en Escocia, hacia fines del siglo X, un caballero
elegido, en el doceavo día del mes siguiente al solsticio de invierno.
Predestinado a ser caballero, sólo serviría a un rey durante pocos años,
para luego, servir para siempre, al único Rey digno de ser servido, con la
guía de una bella y sabia Dama.
Le llamaron el Caballero de Plata, nombre impuesto por los intérpretes de
las profecías, porque así estaba escrito.
Existieron tres razones para dicho nombre.
En primer lugar su armadura, yelmo, escudo, lanza y espada estarían
forjados en el noble metal.
De las otras dos razones se conservan sólo vagas referencias, pero se sabe
que el Caballero de Plata guardaba un gran secreto que trajo desde la
cuna: nació Mago, fue un gran alquimista y su objetivo en dicha vida fue
la de buscar el
Santo Grial.
De allí que la Plata simbolice la búsqueda hacia el Oro interior. Esa
parece ser la segunda razón velada.
Sin embargo, la tercera razón verdaderamente sí se encuentra oculta para
ser develada en el futuro, porque tiene que ver con un tiempo lejano...
La Prueba de los Cuatro Yelmos
Gaminoratos, mago de la antigua escuela de Heliópolis, de quien se dice
que fue amigo de Merlín, fue el elegido para descubrir al niño de la
profecía, el que sería conocido luego como el enigmático Caballero de
Plata.
Su primera misión fue la de dirigirse hacia las altas tierras del norte de
la vieja Escocia, conocidas como Highlands, para confirmar la nueva
llegada al mundo del caballero sin nombre, el día marcado por las
profecías.
Ese día, en la región demarcada por las profecías, nacieron tres niños
varones, los que, siguiendo las instrucciones de la antigua Escuela,
fueron sometidos a la edad de dos años a la "Prueba de los Cuatro Yelmos".
Los niños fueron llevados, junto a sus padres, hacia una vieja caverna de
los Highlands.
Presentes Gaminoratos y su colaborador, uno a uno los niños fueron
cumpliendo los ritos de la prueba.
Ésta consistía en colocar cuatro yelmos, uno de plomo, uno de cobre, otro
de plata y el último de oro, a cierta distancia del niño probado, el que
debería escoger algunos de los cuatro yelmos.
Dos de los niños eligieron el yelmo de oro, mientras que el último, ante
la decepción de sus padres -los que veían en el oro la señal de sabiduría-
eligió el yelmo de plata.
Además de la tristeza de sus padres, era llamativa la elección, ya que el
yelmo de oro destacaba por su brillo y pulido ante los tres restantes.
Sin embargo, el último niño caminó firme hacia el tercer yelmo, abrazando
con fuerza su fría plata.
Gaminoratos hizo retirar a los dos primeros niños y sus padres, mientras
que explicó lo siguiente a los padres del "niño de plata":
"No se decepcionen por la elección de vuestro niño. Con ella ha demostrado
ser el futuro Caballero de Plata. Motivo de alegría deberá ser esa
elección. Sin embargo, no será felicidad lo que abunde en su vida, sino
Búsqueda, eterna Búsqueda y soledad".
Desoyendo estas últimas palabras, los padres volvieron a reír, ya que su
niño era el elegido...
De cómo es transmitida la historia del Caballero de Plata:
La "Piedra de la Memoria"
Es particular el modo en que es transmitida la historia del Caballero de
Plata, tanto en lo referido a su forma literaria como así también en
cuanto al medio físico.
La historia se cuenta en tres partes: la primera consiste en el relato de
Gaminoratos;
la segunda es el poemario de veintiún poemas recitados
por el caballero, Gaminoratos u otros personajes de la historia; el tercer
componente está constituido por el relato final referido al "Tercer
Secreto de la Plata".
Los relatos que en esta sección se transmiten son extraidos directamente
del primer recurso, es decir, la narración de Gaminoratos, en tercera
persona, aún cuando se refiere a él mismo. Ésta incluye no solamente
fragmentos importantes de la historia del caballero, sino también algunas
explicaciones técnicas (como por ejemplo, el origen de la espada
y armadura o la construcción de la "Piedra de la Memoria") y partes
centrales del texto de las profecías.
Con respecto al medio físico de transmisión, rezaba la profecía: "El Mago
guía habrá de construir: corazón de roca, protección de sangre del árbol
de los tiempos, y animal de Oriente".
Según estas intrucciones, Gaminoratos construyó con cuarzo el núcleo del
artefacto, el que guardará la historia total, por sus propiedades de
memoria mineral. Para protección, lo recubrió con ámbar ("sangre del árbol
de los tiempos").
Finalmente, protegió a la Piedra con el tejido momificado proveniente de
la piel de un camello.
Así se construyó este misterioso artefacto denominado "Piedra de la
Memoria", encargado de contener la historia del Caballero de Plata hasta
el tiempo de su oportuna revelación.
"Tres reinos inferiores, serán los guardianes de la Memoria.
En remotos tiempos, se dará en revelar".
Los tres significados de la Plata
Ya vimos que el caballero de nuestra historia fue también llamado "el sin
nombre", ya que no quedó registrado en la "Piedra de la Memoria"
-por obvia voluntad de Gaminoratos- su nombre profano.
Siempre se conoció como el Caballero de Plata o -en algunos pasajes- como
el "hombre de plata".
¿Por qué se hace tanta alusión a dicho metal?
Como vimos, la explicación es una tríada de significados, que van desde
los aspectos externos hacia lo más oculto y velado.
La primera explicación se relaciona con aspectos puramente exotéricos.
En la profecía estaba escrito que debía vestir de plata, llevar armas de
plata y montar en un caballo blanco (símbolo también de la plata).
Coincide esto también con su nacimiento bajo la luna llena:
"Bañado de plata, bebé nacerá, y con ella cubierto siempre vivirá".
Obviamente, esto también es coincidente con su elección siendo niño en la
"Prueba de los Cuatro Yelmos".
Armadura, yelmo, escudo, lanza y espada fueron forjados por ayudantes
ocultos de Gaminoratos, siete años antes del nacimiento del niño. Su
caballo blanco, también fue educado por el mismo mago.
La plata, escasa en Europa, no vino desde Asia o África, sino desde
"tierras blancas de otras estrellas y otras caras". Esta frase hace
alusión al Continente Secreto o Tierra Blanca, posteriormente conocido con
el nombre de Armórica o América, confirmando ésto el antiguo conocimiento
precolombino de dichas tierras lejanas.
La segunda explicación -si bien oculta a la vista de lectores de lo
externo- es clara desde el punto de vista esotérico-alquímico y la podemos
encontrar en algunos pasajes rescatados de la profecía:
"Sólo, con la lluna llena, caminará hacia el Sol"o "Caballero será,
corazón de plata, en busca del Oro"
Además, explícitamente Gaminoratos revela el secreto en su relato cuando
dice que no sólo aleccionó al caballero en asuntos de caballería, sino
también en el arte de la transmutación.
Como sabemos, la alquimia tenía como meta la Gran Obra, la transmutación
de los metales en Oro, pero sólo esto sería posible si antes se produce la
transmutación interna del alquimista, verdadera meta oculta del operador,
escondida bajo los símbolos de la química de los metales.
La Plata simboliza un estado próximo a Dios, al Oro, pero que aún no
llega.
En cuanto al tercer significado, éste se encuentra aún velado, porque el
tiempo no ha llegado, aunque aparentemente están próximos los días en los
que se ha de develar el "tercer secreto".
Se abunda algo más sobre el posible significado del velado significado en
el relato final denominado "Tercer Secreto de la Plata", luego del
poemario del Caballero de Plata.
En versos, Gaminoratos dice en el relato de la primera parte:
"El tercer secreto de su Plata, guardado estará, un mil años no
despertará".
Según explica luego Gaminoratos, el tercer significado oculto es lo único
que deberá ser resguardado por la "Piedra de la Memoria" hasta que el
tiempo oportuno active su "capacidad de hablar".
Aparentemente, esto es para no crear especulaciones acerca de fechas,
significados y hechos futuros.
Es interesante la última línea, la que hace mención a "un mil años". Si la
interpretación es correcta y directa, estaríamos próximos a su revelación.
En tal sentido, los guardianes de la Piedra se encuentran atentos ante
nuevas activaciones...
CABALLERO SIN REY
En la época medieval existieron dos tipos de caballeros. Aquellos que,
como bravos guerreros, servían a un rey y su imperio. Y aquellos que
cumplían una doble misión más trascendente que los primeros: servir a Dios
y a sí mismos en la búsqueda del Camino al Señor.
El Caballero de Plata -como Parsifal- fue uno de los primeros caballeros
que pueden ser descriptos -sin lugar a dudas- como pertenecientes a la
segunda categoría: servidores de Dios y de sí mismos en la búsqueda del
Santo Grial Exterior e Interior.
Si bien comenzó siendo servidor de un reinado terrenal, pronto
transmutaría su vida en la búsqueda del cumplimiento de un propósito
superior.
El Caballero de Plata sirvió como guerrero desde los dieciocho hasta los
veintitrés años a un rey del centro-norte de Escocia cuyo nombre no se
conoce. Se sabe en cambio que era un rey justo, aunque compartía con sus
similares el deseo de conquista y dominio de riberas.
La instrucción interior, en estado de profunda meditación, que Gaminoratos
dictaba al Caballero de Plata, versó en sus primeros años sobre conceptos
básicos de alquimia y cosmogonía. A la edad de dieciséis años comenzó una
instrucción que tuvo que ver exclusivamente con el arte de la caballería y
la guerra.
Sin embargo, en su corazón se escondía la semilla, el núcleo que encerraba
un destino superior...
EL TRIÁNGULO SAGRADO DE
LA PERSONALIDAD DEL
CABALLERO DE PLATA
Si bien combatió por el rey durante cinco años, sólo a la edad de
veinticuatro años sería armado formalmente caballero real, ya que así
estaba escrito.
Era un maestro en el arte de la guerra. Invencible. Su espada derribó más
rivales que cualquier otro caballero de la época. En la lucha a caballo,
enristraba su lanza y embrazaba su escudo con la fuerza de un titán, de un
semidios guerrero. En la lucha a pie, con espada, eran famosas su estocada
y su giro infernal, el que creaba un círculo impenetrable a su alrededor.
Si queremos intentar una descripción de su personalidad real, debemos
decir que existe una triple cualidad que lo hacía ser una persona muy
especial.
Una punta del triángulo de su personalidad era la excelencia en lo suyo.
Maestro de caballeros y guerreros, nació con el don de la lucha. Otra
punta era el hecho de su gran creatividad. Sin intervención directa de
Gaminoratos, el que sólo era un guía interior, creaba nuevas armas, nuevos
métodos de lucha, nuevas estrategias para cada combate.
Era el preferido del rey, el comandante de sus tropas, un creativo de la
caballería.
La punta final, la secreta, la oculta, la que lo atormentaba, era que todo
lo anterior no lo hacía feliz. Intuía que había algo más para su vida.
Nunca sospechó nadie, hasta ese momento -cuando el valeroso guerrero
cumplió veinticuatro años- el verdadero significado de las profecías sobre
el Caballero de Plata y su destino, y que había llegado el tiempo de
iluminar aquella punta secreta, la última del triángulo sagrado de su
personalidad...
EL DISCURSO DEL CABALLERO DE PLATA
Tiempo antes de ser formalmente armado caballero, cumplidos ya sus
veinticuatro años, fue invitado a un banquete que sirvió el rey a todos
sus guerreros destacados. Allí, ante todos, anunció el rey el próximo
acontecimiento de iniciación del Caballero de Plata y fueron presentados
sus nuevos elementos de lucha. Estaban constituidos éstos por armadura,
yelmo, escudo, lanza y espada, todos de plata.
Éstos habían aparecido días antes, junto a un mensaje, traídos por un
caballo blanco hasta el mismo puente del castillo. Esa noche, el rey había
tenido un sueño donde se le indicaba que pronto recibiría "mensaje en
blanco animal, para tu mejor guerrero".
Obviamente, el sueño y el "regalo" fueron obra de Gaminoratos, el que
siempre permaneció oculto, salvo para el Caballero de Plata que lo
guardaba en el secreto de su cofre interior.
Luego de anunciar el próximo acontecimiento, el que tendría lugar veintiún
días después del banquete, el rey invitó al futuro caballero a que revele
ante todos sus compañeros algunos secretos de su eximio arte.
Es aquí donde aparece por primera vez la palabra directamente de la boca
del Caballero de Plata, el que se dirigió a todos de la siguiente forma:
"Soy sólo un Buscador que
vive entre muertos en vida,
dormidos en la ilusión.
¿Hay algún buscador aquí?
¿Hay alguien que explora, como yo,
en las cavernas subterráneas de la vida?
¡Caballeros y esposos de la Dama,
raza inmortal y autónoma,
los sin rey, buscadores del Grial Sagrado,
señores de ambos poderes,
conocedores del secreto de las tres puntas del triángulo!
Cabalgaré con mi pulida armadura,
implacable,
no con los demás, sino conmigo mismo,
en la búsqueda del Grial interior.
Mis secretos sólo serán comprendidos
por aquellos Caballeros Buscadores.
Como el Maestro, hablaré en parábolas,
aunque para aquellos que escuchan,
enseñaré Caminos.
Mi Primer Secreto es la
Destrucción, y el Ajusticiamiento del Cielo,
la eliminación implacable de las grises nubes
que oscurecen al Sol y dificultan mi Camino.
Mi espada nunca tiene sed de venganza,
ya que son buenas maestras en lo suyo.
Mi Segundo Secreto está
en el beso a mi bella dama,
caminando al límite de la línea,
volviendo justo a tiempo,
centrando mis energías todas en
el pulido de mi armadura y mi espada.
Mi Tercer Secreto de caballero
es la persistencia en la Luz,
que sólo llega después de combatir
nubes y pulir armaduras."
Este episodio de veladas palabras, el que sería conocido luego como "El
discurso del Caballero de Plata" o "Los Secretos de la Caballería" no fue
entendido por ninguno de los caballeros allí presentes. Se cuenta incluso
que el rey interpretó como un desafío algunas de sus palabras, creyendo
especialmente que el futuro heroico caballero codiciaba a la reina, la que
era llamada también como la Dama. Sin embargo, conociendo la honorabilidad
del caballero y su habilidad para hablar en términos ocultos, -aunque
raramente hablaba- supo el rey olvidar el episodio, ponderando en cambio
las cualidades de guerrero de aquel, su mejor futuro caballero.
No sabía el monarca que algo de realidad -aunque en términos
incomprensibles para él tenían sus sospechas de amor hacia la Dama, la
reina Melandra...
MELANDRA Y EL CABALLERO DE PLATA
El rey conoció a Melandra en España. Melandra...hermosa princesa
proveniente de un antiguo reinado de Egipto. Ojos verdes, hechiceros,
cautivaron al rey. No pudo dejar de pensar en ella. Ella lo quería, pero
no lo amaba. Aún así, vivían tranquilos, en paz en su reino de bosques,
valles y montañas.
Hasta que un día...cruce de ojos verdes...rayos de luz que iluminaron la
noche...Melandra y el Caballero de Plata se conocieron, aunque en realidad
se trató de un reencuentro.
Midieron su obsesión. Sabían lo que sentían. Pero también sabían que su
amor era imposible. No sólo por respeto al rey, sino también porque
intuían, desde las profundidades de sus corazones, que su amor sólo sería
instrumento para un fin superior, fin que hasta el momento sólo
Gaminoratos conocía.
El Mago guía sabía, porque estaba escrito, que el encuentro se produciría.
En realidad, el encuentro se venía produciendo desde hace siglos, y siglos
en el futuro se volvería a repetir. Una historia medieval de almas
gemelas.
Tres días antes de la ceremonia en que el rey armaría caballero al hombre
de plata, el monarca murió de una extraña enfermedad. Y todo el reino
lloró por la muerte de su justo rey.
No dejó hijos para sucederlo, pero con heroica valentía, la reina Melandra
asumió el gobierno de todo el imperio.
Y es así que en el día señalado por la profecía, se cumplió la ordenación
del Caballero de Plata. La reina Melandra lo armó caballero.
Cuando la posó sobre su hombro, la noble espada tembló... ¿vibraciones de
la espada o de la Reina?... ¿emoción?...¿amor?...¿pasión?
Y nuevamente, ojos verdes encendieron esmeraldinos rayos de luz que
iluminaron la gran sala del castillo.
Reina y caballero unidos en un acto sublime, más allá del terrenal
entendimiento de los fantasmas de hombres que veían sobre la superficie de
la dramática escena.
Paradójicamente, luego de ser armado formalmente caballero, ya no
combatió, al menos con y para los hombres.
Y partió hacia el bosque de Quest, solo, en busca de otros combates, en
compañía de Gaminoratos, su Mago interior, su caballo Ihrmaat... y el
eterno recuerdo de Melandra, su amada Reina.
Como estaba escrito en la antiguas palabras de la profecía partió en la
noche, vestido de plata, con su blanco corcel, hacia el oscuro y profundo
bosque, hacia la búsqueda de otro combate y otro rival...
"¡Hacia el Bosque de Quest partirá,
Caballero de ayer y del futuro!
¡Librará batallas,
buscando derrotarse a sí mismo!"
El Caballo IHRMAAT
(el caballo del Caballero de Plata)
Ihrmaat significa la "Verdad que Sana". "Ihr" es verde (color de la
sanación) y "Maat" es la Verdad Primordial.
Con su blanco cabalgar, Ihrmaat llevará al Caballero de Plata hacia la
Única Verdad que Sana, en el Eterno y Prolífico combate entre los Hijos de
la Luz del Mediodía contra los Hijos de la Fuerza de las Tinieblas
dirigidos por el poderoso Caballero Negro, en el Bosque de Quest, hacia el
Monte Manáh.
Enfrentamientos entre el Caballero de Plata y el Caballero Negro
El sueño del Caballero de Plata
Un día, el Caballero de Plata, soñó lo siguiente:
Primero soñó con una dulce dama -que no era su Dama- que personificaba al
vivir en el mundo actual. Y esta dama le decía, ante la extraña actitud de
Buscador de extrañas cosas, del también extraño caballero:
"Descansa tranquilo, mi buen pasajero, que yo te protejo.
Duerme en mis manos, trabaja en silencio, que el pan ni la vida te han de
faltar.
¡Te daré la dicha del mundo gozar!"
Sin embargo, el caballero sintió en sueños que su vida seguiría vacía.
El gozo prometido por la dama no alcanzaba. Sólo a veces, las menos,
experimentaba una pasajera felicidad por lo material.
Entonces, la dulce dama, al darse cuenta de que su primera estrategia de
seducción no dio resultado, intentó cierta intimidación. Con rostro y
cuerpo de hombre calvo y agresivo, así se dirigió al caballero dormido,
que poco a poco despertaba:
"¡Cómo te atreves a dudar de mí!
¿Acaso tú eres un ángel sin luz?
¿No te hace feliz, lo que yo te he brindado?
¡Cómo te atreves a dudar de mí!"
Sin embargo, el hombre, ya más despierto comenzó a darse cuenta de que lo
que vivió fue un sueño, sólo un sueño. Y se atrevió entonces a dudar.
Ya despierto, no en sueños, una vívida aparición transformó a la bella
dama ahora en hombre calvo y luego en un feo y rojo demonio, en el que
reconoció las facciones de su eterno rival, el Caballero Negro, que ledijo:
"¡Maldita tu luz, maldito tu amo!
¡Mi pacto maligno descubierto está!
¡Pero ten cuidado, porque de los huertos exquisito aroma te he de negar!"
El Caballero de Plata lo miró indiferente. La amenaza no lo engañaba.
El Caballero Negro, ahora demonio, blanco como ángel, finalmente le dijo,
resignado:
"¿Quién eres?, ¡no te reconozco!
¿Por qué nuestro pacto no has de cumplir?
¿Por qué no te engaño como a muchos otros?
¡De tí me despido, y no vuelvas a mí!"
Sin embargo, el Caballero de Plata, si bien ya no participa del pacto que
el ser humano hizo hace siglos con el Caballero Negro, sabía que debía
estar atento, porque era un pacto tramposo, en el que no hacía faltar
firmar para quedar eternamente obligado.
El ataque imprevisto
Un día sin sol, el Caballero de Plata cabalgaba con Ihrmaat -su blanco
corcel- por los oscuros parajes del Bosque de Quest, ensimismado en sus
meditaciones.
De pronto, se oyó un galope rápido y una lanza lo derribó al suelo de
hojarasca otoñal.
En un rápido movimiento, Ihrmaat se interpuso entre su caballero y el
atacante, para defender a su amo con su vida.
Al ver esto, jinete y corcel sombríos detuvieron su marcha y el Caballero
de Plata -algo confuso pero sin heridas- pudo ver a su contrincante
misterioso.
Imponente, en apariencia invencible, el Caballero Negro lo observaba desde
su yelmo sombrío.
Diez segundos de tensión y expectativa, atentos ambos rivales ante los
imprevisibles movimientos del otro.
Y dijo el Caballero de Plata:
-Lo reconozco, hoy me venciste. Fui débil y caí en tu hábil trampa. No es
para mi excusa, pero eres muy tramposo. Enristras tu lanza y acometes
contra mí desde la oscuridad, sin permitir que ni siquiera embraze mi
escudo. ¿Por qué no te luchas conmigo como un verdadero caballero?
Desde el interior de su yelmo con forma de calavera, resonó el eco de una
hiriente carcajada diabólica, y el hombre de Plata continuó diciendo:
-Pero, recuerda, ganaste sólo una pequeña y vil batalla. La próxima vez
estaré mejor preparado. Sabes que en mi guerra se me va toda la eternidad.
Y también sabes que, está escrito, al final, venceré, y vencerá la Luz de
Dios.
Cesó la carcajada, y con su voz de trueno el Caballero Negro dijo
burlonamente:
-Ganando batallas me perpetúo, no me importa la guerra. Hoy gano una
batalla aquí, mañana otra más allá.. Tal vez a tí no te gane más. Sólo tal
vez. Pero no importa. Siempre habrá algún débil caballero al que le
arrebate batallas o haga caer en vergüenza. Y así me perpetúo. ESE es mi
método.
Y así se alejó, riendo, riendo.
Mientras el Caballero de Plata subía nuevamente al lomo de Ihrmaat,
escuchó la voz interna de su Mago, amigo y guía Gaminoratos que decía:
"Todo lo bueno y lo malo está en el ser humano. De momentos, ángeles,
embajadores del Amor y luego...demonios".
Introducción al Poemario
El poemario consta de veintiún poemas que cuentan las batallas solitarias
del Caballero de Plata contra un enemigo invisible, al menos para el resto
de los mortales que no entendieron bien su partida.
Sabemos que 21 es símbolo de sacrificio. El sacrificio del caballero
buscador y solitario en su batalla y su camino hacia la Luz, símbolo de la
lucha interna del ser humano en su ascensión por la escalera del Señor.
Cantares del Mago Gaminoratos (y su Maga)
En un lejano planeta de la constelación de Orión, habita una raza de
superhombres, magos y maestros del Cosmos. Desde allí, han emigrado para
practicar su magia y su maestría a planetas inferiores, para ayudar
-aunque sin interferir- en el largo, antiguo y eterno camino de regreso a
Dios a seres de menor evolución espiritual.
De allí proviene Gaminoratos, el mago guía y maestro del Caballero de
Plata.
Hijo de nacido del amor entre una primitiva habitante de la Tierra y un
explorador Anunnaki, Gaminoratos fue llevado en temprana edad hacia aquel
distante planeta. Allí vivió más de doscientos años para luego retornar al
planeta azul para cumplir con su misión y continuar su aprendizaje.
Los Anunnaki son una antigua y avanzada civilización, tanto en lo material
como en lo espiritual, que visitó nuestro planeta, por primera vez, hace
más de 400.000 años. Desde entonces, nos siguen visitando.
En cuanto al Gaminoratos, mago luego transformando en la voz interior del
Caballero de Plata, vino feliz hasta nuestro joven planeta, porque tendría
la oportunidad de utilizar su magia para ayudar al Padre del Cosmos en el
desarrollo de su Gran Plan. Sin embargo, también con la angustia y el
pesar de dejar por siglos a su amada, su alma gemela.
Es por eso que cuando Gaminoratos observa las lágrimas del noble
Caballero, lágrimas que brotan por la lejanía de su Reina Melandra, las
siente como propias, recordando a su amada maga, en aquel distante
planeta, perdido entre las infinitas estrellas del oscuro firmamento
nocturno.
Y sabe también que su maga lo espera...lo espera y lo llora, sola, muy
sola...
En la pétrea cima del sagrado cerro,
la luna cubierta de las nubes rápidas,
el viento que sopla en cielo de negro,
las rocas que brillan semejando lápidas.
Y la bella maga de vestido rojo,
llegó con su magia al lugar sagrado,
lugar donde el mago aprendió rituales,
donde se nombraron amada y amado.
Y su mano suave tocó aquella roca,
la prístina piedra que nadie tocó.
Visión de su amado, amarga la toca,
en techo de nubes ella conjuró.
Aunque ella es maga, también es humana,
su poder es grande, crece con el tiempo.
Y aunque ha trascendido pasiones carnales,
ella aún extraña del mago su cuerpo.
Y aunque el mago le hable en visión etérea,
consuelo no encuentra su alma desierta.
Vestida de rojo, ¡qué rosa tan bella!
La maga que llora y el día despierta.
Sus ojos se opacan con el río mágico,
mirando a la estrella de índigo lago,
danza de planetas, destino astrológico,
planeta azul pálido que habita su mago.
Aún no es el Tiempo
Llegué hasta el portal del castillo negro.
Ruido de cadenas, el puente bajó,
y un caballero, calavera por yelmo,
su corcel bravío, hacia mí dirigió.
Blandiendo en alto mi espada plateada,
lo miré desafiante.
Mi caballo blanco, en calma, hechizado.
El caballo negro frenó su carrera.
Cruzaron el campo en cruda tensión,
miradas de yelmo y de calavera.
Volvió a su castillo y yo hacia el bosque.
Gran Enfrentamiento,
aún no es el tiempo.
Sonidos de espada tendrán que esperar.
Penas del Caballero de Plata
Mortal contradicción, paradoja del alma,
destino velado resuena al andar.
Agridulce camino hacia las cumbres altas,
al Reino perdido del Santo Grial.
La búsqueda es falsa, ya se, lo dijiste,
pero dime ahora, cómo he de buscar.
Mi caballo blanco agota sus fuerzas
mi yelmo herrumbrado ya cruge al soñar.
Pero seguiré, por húmedas sendas,
en busca de algo que he de encontrar.
Mi perseverancia atraerá contiendas.
Mi espada y mi escudo la Luz inmortal.
La Verdad fue siempre tierra sin caminos
son falsos sus ríos, no llevan al mar.
Las montañas altas no guardan el premio.
Cumple tu destino y así entenderás.
No soy caballero de reinas y reyes
que buscan más tierras para cultivar.
Yo soy caballero de errantes herejes
de aquellos que luchan por la Libertad.
Por eso mi Reina, a ti sí te sirvo,
comparto tu búsqueda y tu inspiración,
la Pregunta Grande, el Reto Divino,
de buscar Caminos que lleven a Dios.
Mi alma no quiere contar sus secretos
Herrumbrados, los sueños en mi yelmo;
mi armadura tropieza troncos descompuestos.
Cae mi espada, se clava en el suelo,
me siento en la piedra, medito en silencio,
anulando el tiempo.
No basta decir que el camino es largo.
La cáscara dura es el mismo infierno.
Legión me acompaña como único siervo.
¿Qué busco?
No se, aún no acierto.
Mi alma no quiere contar sus secretos.
Es inevitable, me lo dijo un sabio:
"las respuestas llegan a aquel que pregunta,
el Cosmos conspira siempre a favor nuestro".
Se me va la vida, buscando el acierto.
Mi alma no quiere contar sus secretos.
Morada en el bosque
Morada en el bosque que tanto proteges,
hogar de fantasmas buscándote estoy.
¿Cuándo seré digno de entrar a tu casa,
de cortar las rosas que adornan tu Amor?
Al Maestro
Sacrificó Maestría, por Amor al alma
de aquel bajo ser que lo torturó.
Consumió su Vida, sin sitio ni techo,
caminó mil tierras, consumando Amor.
En la cruz florece su Rosa agraciada
¿acaso escuchó el mundo su sabia y dulce voz?
El Caballero de Plata (habla el Mago Gaminoratos)
Galopas erguido en tu blanco corcel.
¿Hacia dónde diriges tu misteriosa mirada?
¿Tentaciones de reyes serán tu fortuna?
¿O acaso la piel de una hermosa mujer?
Más bien adivino, que por tu mirada,
hacia algo màs profundo has de amanecer.
Incasable vas, superando caminos,
no manchas tu espada con sangre brutal,
no te importa el hambre, el àmbar ni el vino,
¡Còmo tu mirada quisiera adivinar!
Tu espada de plata, en su puñal tu mano,
aquella forjada con finos cuidados.
Supiste ganarla, en dura batalla,
no por codiciarla, sino por tu afán,
al recorrer caminos que hacia ella van.
Y después del premio, iniciado fuiste,
en la valerosa orden de los tiempos.
Pero sin embargo, ni un reto quisiste,
que no consistiera en cabalgar
por aquel camino, que tu adivinaste.
Pocos los llamados, casi nadie va.
Y es por eso que solo, cabalgaste siempre.
Sòlo con tu Dama en la mente vas,
Buscando la Gloria que buscan los otros,
también caballeros...
aunque sus yelmos cerrados están.
¡Ya hallarás la Gloria, valeroso caballero!
Ya hallarás los ríos que van hacia el mar.
Ya sabrás caminos, usaràs tu espada,
y darás al bosque la Luz que hoy no está.
Las posesiones del Caballero de Plata
Caballero de Plata, en busca del Oro,
a favor del viento su voz exclamó:
"No son mis posesiones las que alegran mi alma,
más bien me dan pena, recargan mi cruz.
Cambio mi caballo, mi espada, armadura,
mi escudo, mi yelmo, por la capacidad,
atenta, despierta, de Despertar
de esta soledad.
Hace muchos años, conquisté mi espada,
no por su frío y filoso metal,
sólo por la Senda, que hasta ella lleva,
a los que la buscan hacia otro Final.
Ahora sólo quiero corazón de Oro.
Aquella posesión no turbó mi mente.
Codiciado por otros su puñal de plata,
para mí casi nada me significó.
Sólo recordatorio de más largos caminos,
de los Verdaderos que llevan a Dios.
Por eso mi plata, nunca perturbó
mi mente cansada.
Tiempos hubo sí que me conquistó.
Ahora no quiero espada de plata
ni escudo ni lanza me han de servir.
Permite Señor, ¡piedad, te lo ruego!
Que el Verbo Perdido pueda conquistar,
¡te ofrezco mi espada, mi escudo, mi yelmo,
mi fiel armadura, mi lanza mortal!
Ahora sólo quiero Corazón de Oro
El manicomio
(según la visión del Caballero de Plata)
Gustaba el caballero, visitar los locos,
que pueblan el patio de aquel manicomio,
cerrado en candados.
Camino hacia el bosque, alto acantilado,
hace muchos años un rey lo instaló.
Altos muros, rodean vergüenza,
¡Qué no sepa nadie lo que adentró quedó!
Comparte con la gente, que ese es un lugar
donde locos y cuerdos se han de separar.
Protección de cuerdos, peligrosos locos
nunca han de soltar.
¡Aunque sin embargo!,
con nadie en el reino se puso de acuerdo,
sobre de qué lado del paredón están...
...los locos, los cuerdos.
¡Quién como Dios!
Negro caballero, duende de la noche,
que con bafometo me quieres vencer;
tentaré a tu diablo a tentar mi cuerpo.
¡Quién sino a Dios!, le puedo temer.
¡Haces que me ría, negro caballero!,
suficiente enemigo no eres para mí.
Ve a divertir tus rasgos sombríos
con aquellos débiles que ayer yo vencí.
¿Tú crees acaso, que distraes mi camino?
Tal vez, a lo sumo, consumes mi voz.
Nada me aparta del blanco Destino,
ni tú o basfometo ¡Quién sino Dios!
A Melandra
Melandra, Dama mía,
tú no eres reina del castillo gris.
Como yo, a Blanco Castillo perteneces...
Iré por las colinas desgastadas,
con tu cuerpo cabalgando en mi montura,
con tu alma turbando mis palabras.
La amarga soledad que me carcome:
¿ayuda a despertar a mi Alma?
¿Por qué tanto dolor, mi Señor y Rey?
¡Pero si he llegado hasta aquí para esto!
No creas que no deseo tu cuerpo,
aunque tu Alma entiende como yo entiendo.
Mi tribulación sagrada se volverá unión,
en la noche de los tiempos...
En una nueva encrucijada
volveré por tu Destino,
es la promesa que queda,
para el resto del Camino.
Reflexiones a orillas de Loch Ness
No busco allí afuera,
en lejana estrella
del espacio exterior.
Busco, en cambio,
en índigas aguas
del profundo Lago,
el punto exacto
de conexión con Dios.
Y cuando lo encuentre,
muy seguramente...
será en el verde núcleo
de pulida piedra,
la piedra más bella.
Allí mora el dragón
del profundo Lago
de lejana estrella.
EL FINAL
DEL MAGO GAMINORATOS
A SU DISCÍPULO Y AMADO CABALLERO
Instante final de tu vida,
en Sol se convirtió tu luna.
Negra lanza en corazón de oro.
Pentámera flor brotó
en el cruce de tus dorados maderos.
Recuerdos dulces me dejas,
hijo mío...
y muchas enseñanzas.
No temas por Melandra,
yo le enseñaré tu Camino.
En Tierras Blancas, renacerás,
hacia el fin del ciclo,
cuando la Piedra no proteja ya
el Tercer Secreto de tu Plata.
Mi misión cumplida está,
mi última lágrima derramada.
¡Recuerda, Querido Caballero!
¡Quién como Dios!
Luis Alberto Vence©
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