Padre Celestial, doy gracias a tu infinita bondad,
por haberme confiado desde el mismo instante
en que mi Alma salía de tus manos creadoras
y me enviasteis a un Ángel para que me ilumine,
guarde, rija y gobierne; te doy gracias también a ti
Ángel de mi Guarda, por tu cotidiana compañía
en mi peregrinación hacia el Padre Celestial.
Tus santas inspiraciones, la continua protección
contra los peligros espirituales y corporales y tu oración,
me sirvan de consuelo y segura esperanza.
Tu, que contemplas continuamente al Señor,
y que deseas que también que yo te haga compañía
en el cielo, te ruego me obtengas el perdón por las
muchas veces que he sido sordo a tus consejos,
que he pecado en tu presencia, y por la poca
familiaridad que he tenido contigo,
aunque estas siempre a mi lado.
Te pido también por todas las iglesias, los trabajadores,
los enfermos, y todos los pueblos del mundo;
obtén bendiciones y salvación a
cuantos buscan La Verdad, La Justicia y La Paz.
AMEN
AL DORMIR
Mi alma va a encontrarse un instante
con los otros espíritus.
Que vengan los buenos
y me ayuden con sus consejos.
Ángel de la guarda, haced que al despertar
conserve de ello una impresión saludable y
duradera.
Permite, OH Dios mío, que pueda mi espíritu
encontrarse con mis seres
familiares que han partido ya,
y que reciba de ellos la fortificación
espiritual y sus
buenos consejos.