Hola, como estás? Espero y deseo que muy bien.
Y aquí está para tí, con todo mi cariño el segundo regalito de Navidad
Quisiera que me digas si no los quieres recibir porque te causa algún problema.
Por favor, escríbeme diciéndome si lo quieres. No quiero molestarte
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Por Navidad sentimos una pequeña lucecita, que se va convirtiendo en gran luz.
Sentimos como si se abrieran compuertas y se liberaran fuerzas que nos acercan al Cristo .
Aumenta la comunicación positiva con nuestros semejantes, con todo lo que vive. Sentimos un agradecimiento por estar plenos, una felicidad interna que nos hace ricos.
Con esa riqueza interna se alegra el alma por las pequeñas cosas de la vida.
Nos volvemos más sensibles y abiertos con nuestros semejantes, pues nuestra alma se enciende cada vez más con la luz del Cristo. Si miramos este mundo, entre todas las conductas funestas, ávidas de poder, se ve una y otra vez, una lucecita, una persona que de corazón se dirige a Jesús. Que se ha decidido a brindar amor. ¡Que estas luces aumenten en número, para que formen una Red de Luz que abarque toda la tierra, que atraiga a otros que quieran encender la luz de su corazón mediante una vida positiva! En ello está la esperanza de un mundo mejor. Tales personas tienen el corazón dulce, porque durante todo el año han luchado contra sus errores y debilidades, contra su forma de pensar y comportarse egoísta, para liberarse con la ayuda de nuestro Redentor. Son personas que en gran medida se han propuesto guardar el orden en su propio templo, es decir el alma y el cuerpo. Para que la Gran Luz pueda resucitar cada vez más en el alma y el cuerpo del hombre, estas personas que viven en Dios son aquellas que conocen la Fuerza y el Poder Universal de Dios, que vive en cada persona y en todas las formas de vida.
Para ellos rige lo siguiente:
"Levanta una piedra y encontrarás a Dios. Siente en la gota de agua, en el arroyuelo, la majestuosa ola del mar y le experimentarás. Observa un animalito y percibirás la vida de Dios. Mira una flor y verás la Luz del Cielo. Mira en el firmamento, observa los astros y hacia ti irradiará el Poder Universal de Dios. Acepta a tu prójimo y experimentarás que en él. Vive el Amor de Dios"....
Olá, como estás? Espero e desejo que muito bem.
E aqui está para tí, com todo meu cariño o segundo regalito de Natal
Quisesse que me digas se não os queres receber porque te causa algum problema.
Faz favor, escreve-me dizendo-me se quere-los. Não quero te molestar
Aquelas pessoas...
Por Natal sentimos uma pequena lucecita, que se vai convertendo em grande luz.
Sentimos como se se abrissem compuertas e se liberassem forças que nos acercam
ao Cristo . Aumenta a comunicação positiva com nossos semelhantes, com tudo o
que vive. Sentimos um agradecimiento por estar plenos, uma felicidade interna
que nos faz ricos. Com essa riqueza interna alegra-se o alma pelas pequenas
coisas da vida. Voltamos-nos mais sensíveis e abertos com nossos semelhantes,
pois nossa alma acende-se cada vez mais com a luz do Cristo.
Se olhamos este
mundo, entre todas as condutas funestas, ávidas de poder, se vê uma e outra vez,
uma lucecita, uma pessoa que de coração se dirige a Jesús. Que se decidiu a
brindar amor.
¡Que estas luzes aumentem em número, para que formem uma Rede de
Luz que abarque toda a terra, que atraia a outros que queiram acender a luz de
seu coração mediante uma vida positiva!
Em isso está a esperança de um mundo
melhor.
Tais pessoas têm o coração doce, porque durante todo o ano lutaram
contra seus erros e debilidades, contra sua forma de pensar e se comportar
egoísta, para se liberar com a ajuda de nosso Redentor.
São pessoas que em
grande parte se propuseram guardar o ordem em seu próprio templo, isto é o alma
e o corpo.
Para que a Grande Luz possa ressuscitar cada vez mais no alma e o
corpo do homem, estas pessoas que vivem em Deus são aquelas que conhecem a Força
e o Poder Universal de Deus, que vive em cada pessoa e em todas as formas de
vida.